Cada vez que se aproximan las elecciones generales, los candidatos de diversas agrupaciones políticas comienzan a hacer recorridos por poblaciones para captar posibles votantes a su favor. Lo hacen generalmente repartiendo una serie de obsequios o haciendo grandilocuentes promesas que juran que cumplirán cuando lleguen al poder.
Sin embargo, muchas veces ha ocurrido que cuando asumen el mando de la nave del Estado, se olvidan de sus ofertas y principalmente comienzan a velar por sus intereses personales o de partido. Es decir que solo sus acólitos resultan beneficiados con cargos públicos, adjudicaciones de obras, viajes por el mundo y otras dádivas. Lo peor es que muchas veces los nuevos gobernantes, pasado poco tiempo de gestión, se dedican a reprimir a quienes cuestionan medidas gubernamentales o revelan casos de corrupción, nepotismo, inoperancia y otros males.
Por ello, entre los sectores de la sociedad que constantemente han hecho notar el negativo proceder de los políticos durante campañas electorales, está la Iglesia Católica, que a través de sus representantes nos motiva a reflexionar sobre el tema. Actualmente, cuando la realización de las elecciones generales ha sido fijada para el próximo 17 de agosto, el monseñor René Leigue, arzobispo de Santa Cruz, en su homilía dominical manifestó: “es una pena, pero es una realidad. Y eso a lo mejor lo vamos a ver ahora. Estamos en el año de las elecciones y seguro que ahí los vemos. Todos los candidatos llegan a los barrios, a las comunidades. Van y dicen cosas, les prometen tantas cosas y después… entonces utilizan a los pobres”.
El prelado añadió que “a las autoridades llamadas para ver por los pobres, no sé si lo hacen de corazón, en nuestras buenas intenciones, pensamos que sí, pero en la conciencia de aquellos llamados a trabajar, pareciera que no”. Monseñor Leigue también expresó que “para Dios, los pobres son una prioridad”, por lo que es necesario obrar con amor y compromiso, especialmente hacia los más necesitados.
Por lo mencionado, después de casi veinte años de un régimen populista que ha derrumbado la economía nacional, a pesar de haber recibido una enorme cantidad de dinero, proveniente de la venta de gas y otras materias primas, la población más que todo demanda propuestas sólidas. Principalmente se necesita solucionar graves problemas, como el déficit fiscal, la escasez de dólares, el “corralito financiero”, por el cual ahorristas en dólares no pueden hacer retiros en esa moneda, la escasez de combustibles, la reducción de empleos formales, la subida de precios de alimentos, medicamentos, etc.
Si los postulantes a gobernar realmente quieren hacer una labor patriótica e impedir que aumente la cantidad de los más necesitados, deberían comenzar a presentar planes para enfrentar la actual crisis y no limitarse a hacer exhibiciones públicas.
En campaña electoral abundan las promesas
- Advertisment -