La crisis eléctrica que sufre Cuba marcó ayer 12 de febrero su momento álgido en años, cuando aproximadamente el 60% del país quedó a oscuras a causa de un déficit de generación máximo de 1.870 MW (megavatio), que califica como el peor de 2025 y es superior al récord de 2024, que fue de 1.771 MW el 19 de diciembre.
De acuerdo con la estatal Unión Eléctrica (UNE) de Cuba, luego de un martes con un déficit de 1.736 MW, los apagones en todo el país se extendieron más allá de lo previsto, al punto de que algunas localidades apenas tuvieron servicio menos de dos horas en toda la jornada.
El miércoles, la disponibilidad de energía es de apenas 1.490 MW, mientras que la demanda máxima ascendería a 3.290 MW.
Hay nueve plantas termoeléctricas fuera de servicio, aunque la UNE aseguró que durante la jornada volvería a operar la unidad 6 de la planta de Nuevitas, aportando 100 MW al sistema electroenergético nacional.
Fuera de lo anterior, en deterioro permanecen la unidad 3 de la Termoeléctrica de Santa Cruz del Norte, la 6 de Renté y las 1 y 2 de Felton, mientras que en mantenimiento está la 2 de Santa Cruz del Norte, las 3 y 4 de Cienfuegos, la 6 de Nuevitas y la 5 de Renté.
Por escasez de combustible no pueden operar 57 centrales de generación distribuida (407 MW dejados de generar), así como dos patanas de la empresa turca Karadeniz Holding: la conectada a la subestación de Melones y la fondeada en Regla, ambas en la bahía de La Habana.
La actual situación se agrava luego de que la unidad 1 de Felton, en Holguín, se arruinara el martes apenas cuatro días después de entrar en servicio tras ser sometida a un mantenimiento de diez días. Según las autoridades, su restablecimiento demorará al menos 20 días.
De acuerdo con la UNE, esta termoeléctrica sufrió «un deterioro en el sistema de enfriamiento del generador, el cual internamente tiene una fuga que representa un riesgo muy alto de mantener la operación del bloque y obligatoriamente requiere la intervención».
«Hay que enfriar la turbina por siete días y después proceder al desarme de la carcasa del generador y localizar el fallo para su solución. Se estima aproximadamente 20 días para la entrada de la máquina al SEN», concluyó la nota oficial.
Al analizar la situación de las termoeléctricas, Ricardo Torres, experto en energía y profesor de la American University, de Washington, señaló a Diario de Cuba que «a un descalabro como este no se llega de un día para otro. Ahí se fueron acumulando déficits de mantenimiento generales y capitales durante muchos años. Son plantas que tienen un tiempo de explotación considerable. La más nueva es de 1996; pero además, esa planta ya nació vieja, porque era con tecnología checa del campo socialista (…) y el uso del crudo cubano te “alivia” el problema financiero de la escasez de combustible, pero encarece el mantenimiento, te obliga a hacerlo de manera más sistemática, porque es muy agresivo ese crudo y deteriora más».
«Cuando combinas los dos factores, entre el 30 y 40% de la demanda nacional no se cubre. Ello afecta a la economía, porque se introdujeron medidas de racionamiento importantes en el sector público, incluido el productivo, así que hay bienes y servicios que no se producen. Afectaciones de 12 horas o más sin energía es un nivel de crisis asociada a una guerra o un desastre natural. Es una situación que pone a las familias en el límite de la sobrevivencia», señaló.
Según cálculos independientes, el régimen cubano precisaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para reflotar el Sistema Eléctrico Nacional. Mientras, el principal destino de las inversiones es la construcción de hoteles y otras instalaciones turísticas, a pesar de que ese sector está en pleno declive.(DDC)