jueves, febrero 20, 2025
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La fundición de hierro del Mutún es solo promesa

La llamada industrialización del país, proclamada a los cuatro vientos desde 2006, es un affaire digno de la atención de la ciudadanía, por el escandaloso fracaso en que desembocó, después de que el régimen masista dijo que iba a ser uno de los pilares de la economía del Estado Plurinacional, comunitario y otras lindezas del “primer presidente indígena de Bolivia” y sus aparceros.

Por ejemplo, la decisión de instalar la Planta Siderúrgica del Mutún, para industrializar el hierro del yacimiento ubicado en el municipio de Puerto Suárez, del departamento de Santa Cruz, tomada por el régimen masista, es poco menos que un misterio, debido a que esa obra nunca fue licitada y se la aprobó en la forma de “le meto nomás y mis abogados lo arreglarán, porque para eso pago”, característica del ex presidente Evo Morales Ayma.

Según las malas lenguas, los primeros equipos adquiridos para dicha fundición, además de ser requeridas entre gallos y medianoche, eran saldo de una vieja fundidora china. Además, ya no tenía valor ni precio. Pese a todo, fue adquirida en el tiempo de las “vacas gordas”, cuando el Estado Plurinacional nadaba en dólares, por exportación de gas y otras materias primas que tenían altas cotizaciones.

Medios de comunicación oficialistas anunciaron entonces que la fundición estatal del Mutún no exportaría materia prima, sino productos elaborados, como acero a nivel industrial, que el Estado ahorraría millones de dólares y otras “maravillas”. Según la propaganda, la planta fundidora debía estar en producción hace años, después se dijo que sería en 2023, pero solo fue otra promesa incumplida.

Es decir que ese “elefante blanco” no funcionó como fue anunciado y de poco sirvieron los millones de dólares gastados para su adquisición. En consecuencia, hasta ahora no se funde grandes cantidades de hierro del yacimiento, considerado “el más más grande del mundo”. En segundo lugar, se dedicó a exportar solo mineral de hierro y, en esa forma, aumentó la dependencia colonial del país, así como su empobrecimiento.

Los gobiernos masistas son responsables de ese fracaso, pues con frecuencia manifestaron que la fundición en el Mutún invadiría con su producción industrial todo el país, lo que no sucede hasta hoy. Sin embargo, los administradores del Estado Plurinacional ahora informan que ese negocio tiene “retraso” y sólo operará a fines de este año en cien por ciento. Es algo muy dudoso, por cierto, porque en boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso.

En efecto, para que esa fundición trabaje a plenitud, primero debe ser terminada y probada con su funcionamiento pleno. Y segundo, debe tener suficiente gas para fundir, pero he ahí el problema, ¡el país se va quedando sin gas!

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