La enseñanza en educación superior por competencias se presenta como un modelo fundamental para integrar las tecnologías digitales en el proceso de enseñanza-aprendizaje, especialmente en contextos altamente globalizados y tecnificados. Esta modalidad educativa no solo exige a los docentes dominar herramientas digitales, sino que también los convoca a adoptar una postura ética y metodológica que potencie un aprendizaje eficaz. La competencia digital de los educadores es clave, pues, además de sus capacidades técnicas, deben ser capaces de generar ambientes de aprendizaje enriquecidos que permitan a los estudiantes enfrentar desafíos en un entorno profesional cambiante y tecnológico.
Este modelo educativo, por tanto, exige que los educadores no solo se capaciten técnicamente, sino que integren estas herramientas en sus estrategias de enseñanza. La adopción de un enfoque crítico frente a las tecnologías es esencial, así como la incorporación de evaluaciones que permitan medir y mejorar continuamente la competencia digital docente. Al aplicar este modelo al ámbito turístico en la educación superior, es indispensable integrar la competencia digital en los programas académicos, de modo que los futuros profesionales puedan adaptarse a los desafíos de un sector cada vez más influenciado por las tecnologías digitales y la globalización.
Los componentes clave de la enseñanza por competencias, como el saber, saber hacer y saber ser, forman la base de un enfoque integral que va más allá de la simple adquisición de conocimientos técnicos. Este enfoque busca preparar a los estudiantes para abordar de manera autónoma y responsable los problemas y desafíos de su entorno laboral. El desarrollo de competencias investigativas, reflexivas y críticas es igualmente crucial, ya que permite a los estudiantes no solo aplicar sus conocimientos, sino cuestionarlos y mejorarlos continuamente. En este sentido, la educación superior en turismo debe integrar estos componentes clave para formar profesionales capacitados tanto en aspectos técnicos como en valores éticos y sociales.
La relevancia de la educación superior por competencias se ha consolidado en el contexto actual, donde la demanda de profesionales con habilidades integrales es creciente. El modelo educativo basado en competencias no solo busca transmitir conocimientos teóricos, sino también preparar a los estudiantes con habilidades prácticas y actitudes responsables. En América Latina, la implementación de este enfoque enfrenta varios retos, como la falta de financiamiento y la desigualdad entre las instituciones educativas. No obstante, es crucial que las universidades adapten sus programas para responder a las demandas del mercado laboral, especialmente en sectores como el turismo, que requieren de profesionales capaces de manejar tanto los aspectos técnicos como los ambientales y culturales.
Las estrategias de enseñanza en educación superior por competencias se enfocan en el desarrollo integral de los estudiantes, incorporando habilidades como la comunicación efectiva, el pensamiento crítico y el trabajo en equipo. Aunque el modelo por competencias está en proceso de implementación, sigue existiendo una tendencia a priorizar la transmisión de conocimientos en lugar de fortalecer las competencias socioafectivas, que son esenciales para la empleabilidad y la competitividad global.
El aprendizaje colaborativo, mediado por tecnologías, se presenta como una estrategia clave en la educación superior, especialmente en el contexto del turismo. Este enfoque fomenta la interacción y construcción conjunta del conocimiento entre los estudiantes, promoviendo una experiencia educativa más dinámica y accesible. Aunque aún existen desafíos en cuanto a la integración de las tecnologías en el aula, las metodologías activas como los estudios de caso, el aprendizaje basado en proyectos y las experiencias de campo pueden ser herramientas eficaces para desarrollar las competencias técnicas y sociales necesarias en los estudiantes de turismo. La incorporación de tecnologías educativas también permite a los estudiantes acceder a recursos actualizados y simular situaciones reales, lo que mejora la comprensión y la aplicación práctica de los conocimientos.
El uso de las tecnologías educativas, como las plataformas digitales y los simuladores, también ha demostrado ser fundamental en la mejora del proceso de enseñanza-aprendizaje. Estas herramientas ofrecen un ambiente flexible y dinámico que fomenta la autonomía y la colaboración entre los estudiantes. Además, permiten simular escenarios del mundo real, lo que facilita la integración de la teoría con la práctica. En el caso del turismo, esto resulta crucial, ya que permite que los estudiantes desarrollen competencias globales y estén mejor preparados para enfrentar los desafíos de un sector cada vez más interconectado y tecnológico.
Por último, las metodologías activas como el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) tienen el potencial de transformar el aprendizaje en la educación superior, al involucrar a los estudiantes en la resolución de problemas reales. Esta metodología no solo estimula el pensamiento crítico y la creatividad, sino que también fomenta el trabajo colaborativo y la reflexión, competencias esenciales para los futuros profesionales del turismo. La combinación de estas metodologías con el uso de tecnologías educativas puede mejorar significativamente el rendimiento académico de los estudiantes y facilitar su preparación para un mercado laboral cada vez más exigente.
El autor es Docente de Pregrado UPEA, profesional de Turismo y Relaciones Internacionales.