En un ataque devastador, Rusia lanzó drones de ataque contra la región de Odesa, en Ucrania, dejando cuatro personas heridas, incluido un niño, y miles sin electricidad ni calefacción. El ataque afectó infraestructura civil, como una clínica infantil y un jardín de infancia, y causó grandes daños en edificios residenciales y automóviles.
La ofensiva rusa ocurrió mientras EE. UU. y Rusia negociaban en Arabia Saudita sobre el fin de la guerra, sin la participación de Ucrania. El presidente ucraniano, Zelensky, advirtió que no aceptará acuerdos sin su país en la mesa. Mientras tanto, las autoridades han habilitado centros de asistencia con calefacción, baterías portátiles y alimentos para los afectados.