La Constitución Política del Estado del año 2009 se explaya en el abundante uso de palabras raras, posiblemente para confundir a la ciudadanía. Una de ellas es “pluralismo”, término convertido en la solución de todos los problemas.
El texto constitucional referido señala en su primer artículo que “Bolivia se constituye (!) en un Estado Unitario, Social de Derecho Plurinacional Comunitario… democrático, intercultural descentralizado y con autonomía… Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico…”. En efecto, para la mencionada Carta constitucional todo es “pluralismo”, empezando por la pluralidad del Estado.
Sin embargo, ¿qué es pluralismo? Una concepción según la cual todo lo que existe consta de un conjunto de factores esenciales aislados y heterogéneos, irreductibles a un principio único. En otras palabras, se refiere a que fuerzas diversas y diferentes no se someten a una fuerza única. Es un término usado en países que viven entre saldos del comunitarismo, el feudalismo y no han podido hacer la revolución democrática. Su principal ideología es el populismo. Sus seguidores creen que con el pluralismo se pone por esencia la realidad. Y así niegan la concepción monista o sea la teoría que toma como base de todo lo existente, la de un solo principio. (Por ejemplo, un Estado no puede ser, al mismo tiempo, esclavista, feudal, capitalista, socialista, algo así como una bolsa de gatos, perros, ardillas, etc.)
Ahora bien, el uso del concepto “pluralismo” es un error, empezando por su sentido sociológico, que considera a la historia como una caudalosa corriente de accidentes, casualidades, sucesos y, por tanto, implica negarse a analizar las leyes objetivas del desarrollo de la sociedad. Ese es uno de los errores capitales de la concepción “pluralista” de la Constitución Política elucubrada por sus “inspirados” redactores en 2009.
Lo cierto es que desde que el MAS llegó al poder, en 2006, ha fomentado la división de la nación, al establecer el Estado Plurinacional, donde, en los hechos, se ha separado a los afines al masismo del resto de la población que es la mayoría. Inicialmente se ha estimulado el resentimiento por 500 años de sometimiento de los colonizadores ibéricos a los sectores indígenas. Es decir, mirar al pasado por conveniencia socialista, dejando de lado el anhelo mayoritario para lograr unidad mediante un gobierno capaz, que logre el progreso colectivo, sin odiosas distinciones.
Por todo ello, más que pregonar hasta el cansancio el “pluralismo”, necesitamos unir a todos los bolivianos para conseguir un verdadero crecimiento político y económico, relegando intereses partidarios, orientados a permanecer en el poder sin merecimientos. Es momento de dejar definitivamente la demagogia, y erradicar los resentimientos históricos fomentados por el socialismo, ideología que fracasó de manera rotunda en el mundo.