lunes, marzo 3, 2025
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Tras 40 años de conflicto

PKK declara alto el fuego con Turquía y desarme

> La guerrilla kurda, que encabezó una insurgencia que se extendió por 40 años, aceptó el llamado de su líder para poner fin a la lucha armada e insertarse en la sociedad turca.

El Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) declaró ayer un alto el fuego con Turquía “para facilitar el camino” hacia la implementación de la paz y el desarme, después de que su líder encarcelado, Abdulá Öcalan, instara al grupo a dejar las armas y disolverse tras casi cuatro décadas de lucha armada contra las autoridades turcas.
“En este contexto, declaramos un alto el fuego efectivo a partir de hoy (ayer) con el fin de facilitar el camino para la implementación del llamado del Líder Apo a la Paz y a una Sociedad Democrática”, señaló el grupo en un comunicado recogido por la agencia de noticias pro-PKK Anf, que menciona constantemente a Öcalan por su apodo.
En este contexto, el Comité Ejecutivo del PKK, clasificado como grupo terrorista por Ankara, afirmó que “inicia un nuevo proceso histórico” y que el llamamiento de Öcalan “ilumina el camino para todas las fuerzas de la libertad y la democracia”.
“Estamos de acuerdo con el contenido de la convocatoria tal como está, manifestamos que la cumpliremos y la implementaremos”, sostuvo el PKK, después de que su líder pidiera al grupo deponer las armas y su disolución.
El PKK hace especial hincapié en una circunstancia particular: todo este futuro proceso deberá estar dirigido por Öcalan. “Solo su liderazgo puede conseguir que cuestiones como el desarme sean aplicadas en la práctica”, asevera la organización, quien describe a su veterano líder, que el mes que viene cumplirá 76 años, como el único que “puede gobernar la Era de la Paz y la Sociedad Democrática”.

“LA RESPONSABILIDAD”
El mensaje realizado por Öcalan fue calificado por la organización de “importancia histórica” y su implementación práctica “exitosa” tiene una relevancia similar. “Está claro que con este llamado se inició un nuevo proceso histórico en el Kurdistán y Oriente Medio”, enfatizó el grupo.
“En base a esto, la responsabilidad recae sobre todos nosotros; todos deben asumir su responsabilidad y cumplir con sus deberes y responsabilidades”, manifestaron al matizar que, para que tenga éxito, “la política democrática y el fundamento jurídico también deben ser adecuados”.
Por todas estas razones, el PKK recalcó que “para lograr la implementación exitosa del llamamiento a la paz y la democratización de Turquía y el Medio Oriente, el líder Öcalan debe poder vivir y trabajar libremente, estableciendo relaciones sin restricciones”. “Se espera que las autoridades pertinentes faciliten estas condiciones”, insistieron.

“UN NUEVO COMIENZO”
El PKK argumentó que el alto el fuego “definitivamente no es un final, sino más bien un nuevo comienzo”. En consecuencia, expresaron que “ahora” deben “hacer de manera muy clara y contundente lo que debimos haber hecho en los últimos 35 años en general y en los últimos 20 años en particular, pero que no pudimos hacer lo suficiente en ese momento”.
“Es necesario comprender correcta y adecuadamente el llamado del líder, sus razones, las características y tareas del nuevo proceso que inició, y cumplir con éxito sus requerimientos”, sostuvieron. Por lo tanto, alegaron que desarrollarán la organización de forma “democrática”.
“Por lo tanto, entendamos correctamente las características de este nuevo proceso y cumplamos sus funciones con éxito”, concluyeron.

CASI CUARENTA AÑOS
El Gobierno turco y el PKK, un grupo fundado en 1978 que se alzó en armas seis años después, ya iniciaron en 2013 un proceso de conversaciones de paz, si bien se derrumbaron en 2015 y se vieron seguidas por un estallido de enfrentamientos en las zonas de mayoría kurda en el sureste y el este del país. A día de hoy, el Gobierno turco estima que el conflicto dejó más de 40.000 muertos, en particular durante 15 años de apogeo entre 1984 y 1999.
Si bien el PKK formuló tras su fundación un llamamiento a la creación de un Estado independiente, en la actualidad aboga por una mayor autonomía en las zonas de mayoría kurda, situadas principalmente en el este y el sureste del país, parte de lo que se considera el Kurdistán histórico, que se extiende también a partes de Siria, Irak e Irán.
La campaña turca contra el PKK cobró especial importancia en el territorio sirio desde la caída a finales del año pasado del régimen del expresidente Bashar al Assad. Desde entonces, se recrudecieron los enfrentamientos entre las milicias kurdas-árabes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y grupos armados financiados por Turquía, que señalan a esta organización por sus vínculos con la organización que acaba de declarar el cese de hostilidades.
Un par de meses antes de la caída de Al Assad, el líder del ultraconservador Partido de Acción Nacionalista de Turquía, Devlet Bahçeli, realizó una sorprendente declaración al conceder a Öcalan la posibilidad de dirigirse al Parlamento turco si anunciaba la disolución del PKK. “Si se levanta el aislamiento del líder terrorista, que venga y hable. Que grite que el terrorismo terminó por completo y que la organización se ha disuelto”.
Poco después, miembros de la formación política prokurda del Partido por la Igualidad y la Democracia Popular (DEM), comenzaron una serie de visitas a la isla-prisión de Imrali, donde Öcalan llevaba encarcelado desde 1999 tras ser detenido en Kenia, en el que vívía exiliado. El 28 de diciembre, mantuvo con los diputados la primera reunión de carácter político para planear el anuncio que finalmente declaró esta semana. (Europa Press)

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