La productividad debe primar a la hora de abordar el tema salarial. Bolivia cerró el 2024 con una inflación de casi dos dígitos, 9,97%, así como una devaluación de la moneda nacional frente al dólar de 60%, por falta de la divisa al tipo de cambio oficial en el mercado nacional. Los fabriles ya solicitaron un incremento de 20%, mientras la Central Obrera Boliviana (COB), aliada del Gobierno, se toma el tiempo; pero el aumento salarial no toma en cuenta la productividad, por ello recomiendan que la decisión sea en base a este criterio.
Los trabajadores empezaron a barajar porcentajes de aumento salarial, también se fijará un incremento del Salario Mínimo Nacional.
El Gobierno aprueba unilateralmente el aumento sin tomar en cuenta la opinión de los empresarios que deberán aplicar la medida, sin embargo, permite a las empresas públicas analizar la medida de acuerdo a su productividad y salud financiera.
Los empresarios ya reclamaron la decisión que asume el Gobierno en favor de sus empresas estatales y solicitaron el mismo trato para evitar la quiebra de los emprendimientos económicos.
Uno de los de los argumentos del Gobierno para tomar esa decisión obedece a dinamizar el mercado nacional, pero ya indicaron economistas que la medida no garantiza el consumo de productos nacionales.
Mientras la Organización Internacional del Trabajo (OIT) establece que ese tipo de negociación deberá ser entre el empleador, trabajador y Gobierno, cosa que no cumple la actual administración de Estado.
Para el analista económico Gonzalo Chávez, un aumento salarial a los trabajadores implica más dinero en el mercado y esta acción, supuestamente apunta a reactivar la demanda agregada, esta situación ya no es sostenible debido a que significa elevar costos laborales para la empresa privada.
Recordó que las empresas, así como el sector público enfrentan dificultades de liquidez por la situación de la economía nacional. Por ejemplo, el Gobierno enfrenta un déficit fiscal de casi 12% e incrementar el salario vía emisión monetaria es un precio muy alto, pues acelera el proceso inflacionario.
“Más plata en una economía parada y con menos importaciones, significa más inflación, es como echar gasolina al fuego de la inflación”, reflexionó.
Por ello sostiene que el Gobierno enfrenta dilemas complejos, frente al incremento salarial y se pregunta cómo financiar el aumento.
Productividad
Asimismo, Chávez lamenta que en Bolivia no se conecte el aumento salarial a la productividad, a la producción y a las personas que cumplieron con este objetivo, de viabilizar el incremento.
Sin embargo, para el economista hay sectores que no cumplieron bien su labor, como el de hidrocarburos que registró, según datos oficiales, cifras negativas en 2024, de 13%, por lo que cuestiona si merecen un aumento, cuando son responsables de la debacle de la producción de gas.
También pregunta si el ministro del sector merece un incremento, cuando no hizo las cosas básicas, como explorar y producir gas, y aumentar la oferta.
La relación entre la productividad y el aumento salarial es muy importante. El crecimiento salarial representa los beneficios financieros acumulados que los empleados han obtenido a lo largo del tiempo, mientras que la productividad evalúa la eficacia y el rendimiento del trabajo, según “empmonitor.com”.
Cualquier incremento salarial asumido por las empresas debería ir acompañado de un aumento proporcional en la productividad, apunta la página web Forbes.com.
Regional
Hace unos años, el sector empresarial planteó que los aumentos sean regionales, ya que no todos los departamentos crecieron uniformemente debido a que algunos registran cifras negativas.
Chávez es claro en señalar la conexión que debe haber entre productividad y aumento salarial. Indica que varios sectores económicos del sector público no funcionan y enfrentan problemas, por lo que el tema salarial es una bomba de tiempo.
En tanto, reitera que un incremento salarial representa un costo para el empresario y más inflación.
Recordó que la inflación de alimentos de enero 2024 a similar período de 2025, registró un 19,5%, por ello la gente protesta por el alza del precio de los productos de la canasta familiar.
Precios
Por otra parte, el Gobierno aplicó un veto a las exportaciones de carne con el objetivo de bajar el precio del producto en el mercado nacional, aunque provocó todo lo contrario, ya que el mismo registra nuevos incrementos.
Un caso similar sucedió con el veto a las ventas de aceite, el año pasado, y el producto mantiene un valor alto en el mercado nacional.
Recientemente, en el municipio de La Paz y Santa Cruz se incrementaron el precio de los pasajes, lo que provocará mayor deterioro del poder adquisitivo de la población y sus recursos se reducen más.
Políticas
Chávez señala que el Gobierno debe implementar políticas económicas integrales y no sólo repartir plata a sus allegados.
En 2023, el Gobierno en su boletín oficial aclaró que el Salario Mínimo Nacional sube para dinamizar la economía boliviana, en cuya gestión decretó un aumento de 5% al mínimo y 3% al haber básico.
El mínimo subió de 2.250 a 2.362 bolivianos. Mientras que en 2024 fijó un incremento de 5,86% y subió a 2.500 bolivianos; para el básico 3%.
Crecimiento
Los economistas anticiparon que Bolivia ingresaba a una estanflación, es decir, crecimiento paralizado pero con una mayor inflación. El 2024 de acuerdo a estimaciones del presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero Torrejón, el crecimiento económico de Bolivia fue apenas del 0,5%, con un máximo de 1,5%, siendo muy optimistas.
Los organismos internacionales ya indicaron que la economía boliviana no pasaría del 2% y fijaron entre 1,5% a 1,7%.
Recientemente difundió el crecimiento a septiembre, el Instituto Nacional de Estadística (INE), en la cual indica de 2,14%, una caída con referencia a junio, cuando la cifra superaba el 2,50%.