miércoles, marzo 5, 2025
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El oficio del buscapeguismo

Luz Castillo Vacano

Resulta descomunal la energía humana que se moviliza en torno a una quimera: la pega. Una “buena pega” en el gobierno. La pega es un cargo temporal –y bastante volátil– de servidor público por la cual luchan tanto profesionales y técnicos como personas sin mayor formación educativa. Es una de las formas de “salida laboral” que no se menciona en las universidades. El buscapeguismo tiene diferentes componentes e implica una secuencia de acciones más o menos estructuradas.
La composición social del buscapeguismo es de tipo piramidal: en el “cielo” se halla el candidato –se idealiza al candidato como el jefe supremo–, en la punta superior de la pirámide se encuentran los líderes que se hallan más cerca del candidato: personas dinámicas, intrépidas y “entradoras”, generalmente con bastante experiencia en el buscapeguismo; los líderes forman grupos según circunscripciones –divisiones territoriales establecidas– buscando la máxima representatividad, es decir, anhelan ser líderes en el nivel nacional, departamental, municipal, distrital… cada líder tiene, en la base de la pirámide, a los grupos de acólitos.
Tanto las bases como los líderes deciden brindar un tiempo, unos recursos y unos esfuerzos en la perspectiva de lograr un cargo de servidor público de acuerdo a su perfil profesional o competencias laborales adquiridas en trabajos anteriores. El tiempo se circunscribe a todo el periodo que dura la campaña y si el cargo no se logra después de que el candidato ha sido elegido, puede alargarse indefinidamente, incluso, es posible que no se logre “acomodar” –contratar– a toda la gente en los cargos. Si el candidato no es elegido, el trabajo habrá sido vano.
Las acciones son secuenciales. Al inicio se realizan reuniones donde se establecen los lineamientos de la campaña. Cada reunión es autosostenible, ya que los participantes deben dar algunas cuotas para llevarlas a cabo: desde el café y las galletas, hasta las chamarras y banderas, pasando por el préstamo de vehículos para la campaña. Para las reuniones, son alquiladas unas “casas de campaña” en cada distrito, para lo cual los líderes erogan ciertos montos, aparte de lo que puede aportar el propio candidato.
Las reuniones que congregan a los interesados son una especie de “prueba de lealtad y compromiso”, ya que es importante que los interesados en lograr una pega “se hagan ver”, para que los líderes “los conozcan” y “reconozcan” cuando se produzca la “repartición de pegas” que el candidato disponga para los diferentes grupos de acólitos en la jurisdicción correspondiente.
En las reuniones que se producen en las casas de campaña se coordina diferentes acciones, como: inauguración de la casa de campaña, presentación de la lista de los participantes de cada grupo, realización de marchas, clases de formación política, acciones de limpieza y deshierbe de plazas, limpieza de postes, y, para los líderes, elaboración de la propuesta electoral, organización de los grupos, adquisición de banderas, servicios de refrigerios, entre otras cuestiones logísticas.
Algunos candidatos tienen la iniciativa de crear productos, como aquel que produjo pequeñas almohadas o muñecos con su imagen estampada, los cuales están destinados a la venta. Sin embargo, el oficio de buscapeguismo en general no tiene la perspectiva de asumir un enfoque productivo, es decir, que durante la campaña se generen productos y servicios útiles para la población, por lo que la sociedad en general tiene una actitud de indiferencia e incluso rechazo por la actitud interesada que aparentan los buscapegas.
Algunos critican la carencia de ideología política en estos grupos; esta carencia se expresaría asimismo en las propuestas electorales que apuntarían generalmente a empezar todo de nuevo en ese criticado “borrón y cuenta nueva” del que padecen generalmente las ofertas electorales y, sobre todo, a hacerlo sin una visión de futuro que imagine un país mejor al actual, bajo una ideología que vaya más allá de la intención de cubrir necesidades y lograr un estado de bienestar basado en los servicios, el trabajo y las propiedades materiales. Un argumento que defiende la carencia de ideología es aquel que señala que éstas dividen. Por otro lado, la idealización de un estado de bienestar basado en tener un trabajo que satisfaga las necesidades básicas, acceder a servicios y poder comprar objetos materiales es suficientemente satisfactorio para el común de la población. En esta misma línea se encuentran, como ya se indicó, los buscapegas: un trabajo que permita contar con servicios básicos y adquirir bienes materiales.
Lo curioso es la energía descomunal que invierten los buscapegas para lograr la pega. Sería más útil y práctico que desplieguen esos recursos en generar emprendimientos e iniciativas que permitan generar ingresos durante la misma campaña, sin embargo, la idea de alcanzar la quimera –la futura pega– nubla la capacidad de hacerlo.

La autora es antropóloga.

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