miércoles, marzo 5, 2025
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El proceso eleccionario

Severo Cruz Selaez

La población está viviendo el momento decisivo de la democracia boliviana. Por cuanto se impone un proceso eleccionario plagado de dudas y vacilaciones, que genera suspicacia en todo nivel. Que pone en tela de juicio la palabra de quienes se precian de demócratas. Actitud que menoscaba la memoria de los hombres y de las mujeres que recuperaron el sistema de libertades hace más de 40 años. Lo hicieron derramando sangre y ofrendando vidas en el ara de la Patria. La recuperación de la democracia fue consecuencia de una permanente e incansable lucha del movimiento popular.
Ignorando esa realidad histórica, algunos intereses bastardos buscarían el retroceso democrático. Pretenderían controlar, en el marco de sus objetivos, el curso de las elecciones programadas para agosto venidero. Aquellos que han perdido credibilidad política, a raíz de ciertas incongruencias, en particular. Recriminados en ese contexto por la justicia, la historia y sus congéneres. Que no comulgan ni comparten el ideario de cambio que proclama la ciudadanía con el propósito, indudablemente, de superar la crisis económica, que se ha propuesto consolidar la escasez del diésel y el elevado costo de la canasta familiar, en detrimento de los sectores empobrecidos. Situación que nos legaron quienes pretendían perpetuarse en el Poder para satisfacer sus apetitos personales. De persistir dinámica de esta naturaleza, el país continuará inmerso en un proceso de incertidumbre y desesperanza.
En esta coyuntura tan complicada por problemas económicos y sociales, la población exige, a los protagonistas de la actividad política, transparencia en el decir y en el hacer, a favor del proceso electoral del bicentenario. Evitar empañarlo con uno u otro argumento ruin. Es que siempre han pecado de falaces. Jamás manejaron la verdad histórica. Y priorizaron sus pretensiones personales en desmedro de los proyectos del conjunto nacional. Se condujeron con displicencia ante la pobreza y el hambre. Actitudes que se han reiterado tanto en dictadura como en democracia.
La población boliviana, de profunda convicción democrática, no permitirá que se distorsione el proceso ni el sentido eleccionario. Considera que es el momento histórico para fortalecer el sistema político actual con la realización de unas elecciones justas, transparentes y libres de todo cuestionamiento. Ha escogido la opción democrática, por lo visto, para vivir en paz, con libertad y alternabilidad en el gobierno. Estuvo cansada de los regímenes que se prorrogaban a título de “salvación nacional” o la profundización de las “conquistas revolucionarias”. Y surgían los “salvadores” secundados por seudo dirigentes y particularmente por radicales. La historia nos puede ofrecer interesantes datos al respecto. No desea volver, por lo tanto, al tiempo de la ignominia, cuando se tergiversaba la verdad, se ignoraba la norma, se conculcaban los derechos humanos, se encarcelaba o se arrojaba fuera de las fronteras a quienes pensaban diferente.
En suma: la población boliviana, en sus diferentes estratos sociales, exigirá la realización de las elecciones generales, conforme se ha programado.

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