Una gran recepción ofrecida por el embajador de República Dominicana, Claudio Marte, dio realce al 181 aniversario de la independencia de su país. 27 de febrero de 1844, fecha que marca la determinación de un pueblo que luchó por su libertad, proclamando su soberanía.
Para la celebración, el embajador quiso traer un pedacito de la isla tropical a La Paz, reflejada en las olas del mar mediante arte visual proyectado en el piso, pero también hubo mucha agua que cayó del cielo, lo que no impidió el entusiasmo que desbordaba el anfitrión.
Como primer embajador de la República Dominicana en Bolivia, el diplomático dijo sentirse orgulloso por los 123 años de relaciones diplomáticas que unen a las dos naciones, mediante la cultura, la economía y las relaciones sociales.
«En los últimos 4 años de nuestra gestión como Jefe de misión en Bolivia, hemos logrado más acuerdos entre las dos naciones que en los anteriores 119 años», dijo el Embajador a tiempo de destacar la conexión histórica que une a los dos pueblos.
Aunque ubicadas en diferentes puntos de América Latina, Bolivia y República Dominicana comparten un compromiso con la democracia, la justicia social y el progreso, remarcó Claudio Marte, y añadió que la independencia dominicana no solo fue un acto de liberación política, sino también un llamado a la unidad, a la hermandad y a la construcción de una nación inclusiva.
En representación del Gobierno boliviano, se escuchó el discurso de la embajadora Guadalupe Palomeque, quien ratificó las palabras vertidas por el Embajador sobre las relaciones diplomáticas que unen a las dos naciones.
La música y la gastronomía domiminicanas no podían faltar en el festejo patrio, a través de un exquisito buffet y la actuación de la banda «Rey y su Tumbao», que puso a bailar al abarrotado salón.
