La escasez de combustible ha generado una situación caótica en las estaciones de servicio de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz. En algunos casos, las filas alcanzan longitudes impresionantes: cinco cuadras en el surtidor del Automóvil Club Boliviano de Calacoto y cerca de ocho cuadras en el surtidor de Chasquipampa.
La situación vial se complica aún más cuando el transporte escolar, por ejemplo, se ve gravemente afectado, ya que las filas de motorizados impiden el paso fluido de los buses causando retrasos significativos en la llegada de estudiantes y docentes a sus unidades educativas.
Mientras tanto, el Gobierno culpa a la Asamblea Legislativa por no aprobar nuevos créditos para comprar combustible, mientras los parlamentarios exigen rendición de cuentas sobre los fondos ya otorgados.