Hace pocos días, el Banco Central de Bolivia dio a conocer las cifras oficiales y finales de la balanza cambiaria 2024 del sector público del país. Dicha información arrojó cifras y estadísticas muy interesantes, las cuales detallamos brevemente en el siguiente análisis:
- La balanza cambiaria 2024, tuvo un resultado final de -194 millones dólares americanos. Es decir, el flujo neto de divisas, diferencia entre el ingreso y salida de divisas, fue desfavorable la gestión pasada para el país.
- Hasta la fecha, el INE no ha sacado los datos a diciembre 2024 del comercio exterior boliviano. Sin embargo, con información del BCB, se puede estimar que las exportaciones del sector público fueron de $us.4.975 millones, mientras que las importaciones por $us.5.094 millones, dando lugar a un déficit comercial anual de $us.248 millones.
- Del total de las exportaciones del sector público, el 17% corresponde a ENAF, VINTO y Comibol (sector minero), y el 81% a YPFP (sector hidrocarburífero).
- En cambio, las importaciones, si hablamos de las hechas por YFPB (diésel y gasolina), se indica un monto al 2024 de $us.2.381. Dando un déficit comercial de $us.502 millones en el sector hidrocarburífero.
- Recientemente el presidente del país indicó que el gasto total en la importación de carburantes fue de $us.3.349 millones, donde el 65% fue diésel y el 35% fue gasolina. Es decir, un gasto diario en importación de estos productos de alrededor de 9 millones de dólares.
- El año 2024 el desembolso de la deuda externa fue de $us.529 millones, en cambio el pago por el servicio de deuda externa de $us.1.489 millones. Por lo tanto, el índice de liquidez fue 0,36, es decir un flujo de ingreso de divisas muy bajo, ante la salida de recursos por pago de la deuda externa.
- Un dato llamativo es que, en el 2024, hubo un ingreso de $us.239 millones, entre encaje legal y captaciones bancarias, pero el egreso de divisas fue de $us.2 millones por devolución del encaje legal, pero de $us.731 millones por operaciones bancarias, lo cual incluye transferencias al exterior y retiros de efectivo de las EIF.
Evidentemente, en la economía boliviana, tanto en el sector público como privado (aunque todavía no se tiene toda la información), se tiene un déficit o desequilibrio en la balanza cambiaria y, por ende, en el mercado cambiario, donde existe mayor salida que entrada de dólares y, por lo tanto, una demanda de la divisa americana insatisfecha o no coberturada, que busca dólares americanos en el mercado negro o paralelo, donde actualmente está entre 11 a 11,50 bolivianos por cada divisa.
Ya son más 2 años desde que ha comenzado esta crisis cambiaria, la cual fue consolidada por la política monetaria del BCB, por intentar captar dólares de los exportadores nacionales al ofrecerles por cada unidad Bs.6,95, con la finalidad de obtener $us.1.000 millones de estos, y así, fortalecer nuestras RIN. Lastimosamente, esta medida fracasó, y generó un desequilibrio en el mercado cambiario que dio lugar a mayor incertidumbre, especulación y expectativas negativas, lo cual hizo que crezca, se fortaleza y se instituya el mercado negro del dólar, como el más usado y requerido por todas las actividades y actores económicos del país.
En un escenario 2025 muy complejo, por la coyuntura política nacional, debido a las elecciones presidenciales de agosto próximo, no se vislumbra acciones o medidas gubernamentales que vayan a solucionar de manera efectiva la escasez de dólares en la economía boliviana y sus efectos negativos, como la falta de pago a los proveedores internacionales de carburantes y, por lo tanto, la provisión regular de los mismos en el país, que ha sido un problema constante. Además, el año pasado nuestro comercio exterior se ha deteriorado por la falta de divisas. El otro tema preocupante es la inflación creciente, que mientras no haya las divisas suficientes en el país, ejercerá mayor presión en los precios de la canasta básica familiar. Lo cual se convertirá en una batalla entre lo técnico y político, para definir cuál será el incremento salarial en esta gestión, la decisión más difícil y crucial en los últimos 10 años, en una economía con serios problemas de solvencia y liquidez, y con poca espalda financiera para soportar determinaciones equivocadas.
El autor es Presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija.
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