Hasta el presente, después del monopolio estatal en ese tipo de viajes al espacio, la empresa privada capitalista ha llegado a entrar en la luna, el satélite de la tierra al que siempre anhelaba arribar la humanidad. La noticia dice: “La sonda espacial Blue Ghost aterrizó en la luna tras un largo viaje por el espacio, convirtiéndose en la primera misión privada en lograr este hito y primera que logra alunizar en vertical. La misión analizará con ayuda de diez instrumentos el suelo, subsuelo, la superficie y atmósfera lunar… para establecer una presencia en el satélite de la tierra”.
Después de 16 días de orbitar la luna, la sonda descendió sobre el Mare Crisium. Se sabe que la tercera misión del programa Servicios Comerciales de Carga Lunar (CLPS, siglas en inglés), es parte del plan de regreso a la luna del programa Artemis, para el cual se cuenta con la colaboración de Europa, EEUU, Japón y otros países.
Sin embargo, esa noticia ya no causó la impresión de las varias veces que, anteriormente, el hombre puso en la superficie lunar numerosos satélites mecánicos y solo una vez pudo el hombre pisar el suelo de nuestro satélite vecino. Esa importancia se ha reducido notablemente, debido a que el monopolio estatal ha sido quebrado por el sistema capitalista y la iniciativa humana, llevando instrumentos de investigación mucho más avanzados que los anteriores. La finalidad del emprendimiento es preparar al ser humano para que pueda volver a la luna, habitarla y poder retornar a la tierra.
En todo caso, esos avances han empalidecido a los del sistema económico estatal. En efecto, el capitalismo de Estado y alguna otra utopía, empezando a quedar atrás, no avanzan, por girar en un círculo vicioso y hasta se han paralizado. El alunizaje realizado en días pasados por una sonda fabricada por una empresa capitalista, adquiere relieve extraordinario, porque el sistema revela que mantiene la iniciativa, sigue avanzando con éxito y se le ha abierto un futuro ilimitado.
No solamente eso, sino que el sistema capitalista no se ha derrumbado como el socialista, sino que muestra gran vitalidad, como para superar lo hecho hasta ahora en este ámbito. Hasta tiempo atrás se decía que el capitalismo estaba en agonía y el socialismo en su niñez, pero los hechos demostraron lo contrario. En efecto, el socialismo se derrumbó como un castillo de arena, mientras el capitalismo sigue viviente y desarrollando un sistema más avanzado, con base en el principio que expresa la variabilidad sustancial de los fenómenos sociales, por una inevitable transformación de las cosas, lo que han olvidado los “dogmáticos de la izquierda”, que están al servicio de regímenes que actúan como si fueran de una “derecha conservadora”.
Finalmente, se debe considerar que, por los avances científicos, como el indicado, la filosofía ha quedado rezagada y requiere ser actualizada.