La agencia de inteligencia exterior alemana (BND) descubrió pruebas en 2020 que sugerían que el COVID-19 se originó en un laboratorio chino. Sin embargo, el gobierno alemán decidió no compartir esta información por temor a consecuencias políticas y posibles complicaciones en sus relaciones con China y Estados Unidos.
La BND había enviado un equipo de especialistas para investigar el origen del virus y había descubierto documentos que sugerían que el laboratorio de Wuhan tenía un conocimiento inusualmente grande sobre el virus en una etapa temprana.
La CIA también ha expresado su creencia de que el COVID-19 probablemente se originó en un laboratorio, aunque con baja certeza. El gobierno chino ha rechazado repetidamente la teoría de la fuga de laboratorio, y otra teoría importante sugiere que el virus surgió de una fuente natural a través de la transmisión zoonótica de animales a humanos.