Crisis de combustible y colapso vial agravan la situación en Bolivia
Largas filas en los surtidores, caminos intransitables y la falta de dólares generan incertidumbre en la población.
Desde que el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, admitiera que no hay suficiente dinero para la compra de carburante y abastecer la demanda interna, la crisis en Bolivia se ha profundizado generando filas kilométricas en los surtidores de todo el país.
El desabastecimiento de combustible no es el único problema. A esta crisis se suman las complicaciones en la infraestructura vial. En regiones como Apolo, las lluvias han dejado incomunicadas a comunidades enteras, mientras que en otros municipios, los puentes están en condiciones críticas, al borde del colapso. Además, una de las principales carreteras que conecta a las tres principales ciudades del país ha sufrido daños en su plataforma, afectando gravemente el tránsito y el transporte de mercancías.
Por si fuera poco, la escasez de dólares agrava aún más el panorama económico. Con sectores productivos paralizados y ciudadanos en busca de soluciones, la incertidumbre crece día a día. La combinación de estos factores ha llevado a que la crisis nacional se torne insostenible, afectando a diversos sectores y dejando en vilo la estabilidad del país.