En criterio del novelista Antoine de Saint Exupéry: «El hombre se descubre cuando se mide con un obstáculo». Este refrán se relaciona con el presidente Luis Arce Catacora, quien debe dar solución inmediata a la falta de combustible que se registra a nivel nacional, el cual amenaza con generar consecuencias económicas y sociales.
Sin embargo, el gobierno exige a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) la aprobación de créditos por $us 1.600 millones para garantizar la importación y comercialización de gasolina y diésel. Para el caso de la agroindustria y la minería cooperativizada aurífera planteó la importación de combustible con precio internacional.
Esta situación demuestra que el Estado es insolvente y que agotó todas sus fuentes de financiamiento, así mismo, dejó por los suelos la supuesta capacidad profesional por la cual se elogió a Arce y sus funcionarios en un inicio. Pero, ¿dónde está la causa principal de esta situación traducida en la falta de dólares?
Primero. El déficit fiscal que en 2023 alcanzó el 10,8% con relación al Producto Interno Bruto (PIB), lo cual equivale a casi $us 5.000 millones (al tipo de cambio oficial de Bs 6,96 por dólar). Esta cifra supera a la proyección realizada para este año, que es del 7,8% (al menos $us 3.600 millones con relación al PIB 2023 de $us 45.460 millones).
El elevado déficit se refleja en el aumento del presupuesto que se debe destinar a la subvención a los carburantes, que aumentó de $us 866 millones a $us 2.900 millones entre 2013 y 2025; la instalación de empresas estatales que en muchos casos son deficitarias y el elevado gasto corriente del aparato burocrático del gobierno. Esta situación causó la reducción de los dólares en las reservas internacionales netas (RIN) de $us 15.122 a $us 1.976 millones entre 2014 y 2024, lo cual derivó en la escasez de la divisa estadounidense en el mercado y la creación de un mercado negro.
Segundo. La caída de las exportaciones en 2024 concluyó con un déficit de $us 97,6 millones, y en enero de 2025, se registró un saldo comercial negativo de $us 183,2 millones. En estos datos se sustenta la caída en la venta de gas natural al exterior, que derivó en el descenso de la renta petrolera de $us 5.489 millones a $us 1.635 millones entre 2014 y 2024.
Esta situación causa que el gobierno se quede con menos dólares para atender la demanda de la economía nacional y los suficientes volúmenes de carburantes. Pues, se necesita $us 60 millones por semana para importar gasolina y diésel, y para los próximos cinco meses, se requieren al menos $us 1.200 millones, los cuales no existen en el momento en los bolsillos de la gestión de Arce Catacora.
Esta situación se debe a que el modelo económico que defiende Arce Catacora, se sostuvo en la explotación de los recursos naturales y no en un modelo productivo con tecnología, que se sustente en la atracción de inversión privada nacional e internacional. La única manera de generar dólares en una economía es mediante el aumento de la productividad, lo cual no tuvo eco en las empresas estatales y una de las consecuencias que causó fue la escasez de gasolina y diésel.
Ahora, el gobierno de Arce sólo atina a pedir al Legislativo la aprobación de créditos externos por $us 1.600 millones como la única salida para abastecer de combustible el mercado interno, lo cual equivale a tapar un hueco para abrir otro. Lo cierto es que los responsables de esta situación no sólo son los políticos que gobernaron el país, sino también el exministro de Economía y actual presidente Luis Arce y el exministro de Relaciones Exterior y actual vicepresidente David Choquehuanca, quienes no alertaron ni denunciaron la falta de trabajos de exploración hidrocarburífera.
Ante la falta de dólares para importar gasolina y diésel, quedan las siguientes preguntas: ¿Cuántos días o semanas aguantará el gobierno de Arce? ¿El gobierno de Arce tendrá el suficiente temple para resistir las consecuencias sociales, políticas y económicas por la falta de combustibles? La escasez podría afectar a la seguridad alimentaria en un momento de cosecha y siembra en la agroindustria del oriente y en el sector del transporte interdepartamental e internacional.
Muchos sectores anunciaron la realización de movilizaciones y otros pidieron la renuncia de Arce por la escasez de gasolina y diésel, debido a que este hecho causará de forma inmediata el aumento de los precios de los productos de la canasta familiar, lo cual ahonda la crisis en la que se encuentra la economía del país. Este escenario se había advertido en su momento, pero fue menospreciado por el Órgano Ejecutivo con adjetivos dignos de gobernantes testarudos.
Propuesta
Muchas son las salidas planteadas para solucionar el problema, como el levantar de forma gradual o total la subvención a los carburantes, empero se debe evaluar los efectos sociales y económicos que puede generar. Las propuestas de aplicar planes sociales ya las hicieron los anteriores gobiernos.
Empero, lo inmediato que se puede hacer es la reducción del aparato burocrático gubernamental, el cierre de las empresas estatales deficitarias, la suspensión del gasto en la propaganda oficial, la incorporación de sectores potentados al grupo de contribuyentes al fisco, que están mimetizados entre los informales, el aumento de tributos que deban pagar los mineros cooperativistas auríferos y cocaleros.
Estas medidas podrían aliviar el déficit fiscal y generarían dólares que permitirían al Estado atender la demanda interna de combustibles a corto y mediano plazo. Para este cometido se requiere decisión política que esté alejada de todo cálculo electoral.
El autor es Periodista-Docente universitario.