La escasez de dólares ha provocado la falta de combustible, el incremento del precio de los alimentos, mientras el Gobierno no cambia su modo de gastar en empresas públicas que solo provocan déficits. El analista económico Darío Monasterio sostiene que depende del gobierno dar señales serias para cambiar la actual situación y dejar al sector privado su trabajo, de invertir y generar empleo.
Las medidas anunciadas por el Gobierno la pasada gestión no solucionan el tema, sino todo lo contrario ya que provocan alza del precio de los productos, agio y especulación, mientras la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) busca aliviar la demanda con productos del contrabando y volúmenes bajos que no cubren la expectativa de la población.
Industrialización
Para Monasterio el tema de la industrialización es una farsa, pues este proceso debería haber generado las divisas que necesita el país. Uno de los objetivos de las empresas es la exportación para traer dólares, pero sólo genera déficits.
Como se recordará, van más de 18 años del Movimiento al Socialismo (MAS) en el Gobierno y unos 10 años en la implementación de empresas estatales, con el pretexto de industrializar, con inversiones superiores a los 1.000 millones de dólares y no cumple ese objetivo de traer divisas al país.
Monasterio recuerda que el tema de la industrialización por sustitución de importaciones fue una política impulsada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) a cabo en la década de los 60, que demostró ser totalmente errada.
Los países tienen ventajas competitivas no comparativas solamente, necesariamente en ciertos productos o servicios, el Gobierno del MAS quiere forzar la situación y no tenemos el capital necesario para avanzar en esta materia.
Explica que para que las industrias vengan al país, Bolivia tiene que demostrar que cumple condiciones, a través del riesgo país, del Doing Business. “Somos un país que puede recibir inversión extranjera”, pero las políticas erradas frenan la llegada, a esto se suma que el país es pequeño y la mano de obra es escasa, reflexionó.
A pesar de ese panorama, señala que tenemos ventajas comparativas en algunos sectores, como joyería, agroindustria, textiles, en su momento, sin embargo, el Gobierno forzó el proceso en algunas áreas, como la urea, la leche, que no tienen efecto en la falta de divisas.
“Uno de los beneficios sociales de un proyecto es el ingreso de divisas y que la sociedad se beneficie”, sostiene a tiempo de indicar que esta situación no se presenta con la puesta en marcha de varias empresas estatales.
Señales
El Gobierno no da señales claras, contrarias a lo que está haciendo ahora. No demuestra bajar el déficit que registra 12 años consecutivos y tampoco controla las cuentas del gasto público, no promueve incentivos para que la iniciativa privada invierta en el país y más bien continúa con sus proyectos faraónicos de industrialización que no lleva a ninguna parte, apunta.
Por ejemplo, en la planta procesadora de papa, que está ubicada en la ciudad de El Alto, un privado podría hacerlo, ya hay pequeños emprendimientos que incursionaron en esta materia; y lo único que hace el Gobierno con esta inversión es quitar una oportunidad a los empresarios, de administrar eficientemente una industria, ya que el público es todo lo contrario, enfatizó.
En el caso del Mutún también podría perder terreno en el mercado del hierro, pues al frente, en Brasil está una empresa privada que ya viene operando en la fabricación de fierros de construcción, también Aceros Arequipa está en el departamento de Santa Cruz.
Las señales del gobierno no son claras y peor serias, pues cuando anuncia la liberación de la importación y comercialización de combustibles, lo frena con unos 30 requisitos a cumplir y genera incertidumbre en el inversor.
Deuda externa Vs.importación
Por otra parte, a la pregunta de que hay la posibilidad que el país ingrese en un default (no pago de deuda externa), Monasterio explica que no, ya que el Gobierno recoge las divisas de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) por la venta de gas para cumplir con el pago y después para la compra de combustibles.
En ese contexto, reitera que el Gobierno debe dar señales claras y muestre un cambio total del sistema económico para el ingreso de Inversión Extranjera Directa (IED) y liberalizar las importaciones. “Es cuestión de señales. No son claras”, dijo.
Colapso
Entretanto, el exdirector del Banco Central de Bolivia (BCB), Gabriel Espinoza Y., asegura que Bolivia enfrenta un colapso en su economía. La crisis de balanza de pagos, junto con la negativa del gobierno de Luis Arce para hacer las correcciones en tiempo y forma, han llevado a una situación crítica de insolvencia.
“La priorización del pago de deuda externa no tiene que ver con una muestra de responsabilidad por parte de Arce, sino con el objetivo simple de seguir manteniendo el canal de endeudamiento para maquillar esta insolvencia. Por eso, también, la insistencia en mayores aprobaciones de créditos a la Asamblea Legislativa”, publicó Espinoza en X.
Reducción del
dinamismo económico
y empobrecimiento
Mientras tanto, la imposibilidad de pagar los combustibles necesarios para que el país funcione de manera adecuada está generando golpes durísimos a la economía familiar. En estas últimas semanas el tiempo disponible para trabajar se ha reducido significativamente, ya sea porque el combustible es un insumo directo para la actividad económica o porque la oferta de transporte público y/o las cadenas de suministro de los productos que se comercializan, se van paralizando progresivamente, describe.
“A esto hay que sumarle el carácter de las medidas implementadas por Luis Arce, que solo mitigan y buscan reducir el consumo de combustibles, reponiendo medidas vistas en la pandemia como las clases virtuales, el teletrabajo y la reducción del uso de vehículos públicos. Estas medidas deprimen todavía más la economía boliviana”, lamenta.
Pero al mismo tiempo, presionan más al alza de precios, asevera y coincide con otros analistas económicos.
“Siempre que hay un movimiento en los sistemas de precios, existe un cambio en la distribución de la riqueza. Dicho de otra manera: todo lo que ha hecho Luis Arce genera más inflación, lo que empobrece a muchos, pero beneficia a unos pocos”, sostuvo.
En definitiva, la falta de respuesta ante una situación previsible, el empecinamiento en el monopolio estatal sobre la importación y comercialización de hidrocarburos, la falta de decisión política para implementar cambios en las estructuras de precios y una mala lectura de la situación económica, están llevando a Bolivia a una crisis de carácter social, sin ninguna solución de corto plazo, advierte a tiempo de señalar que era evitable esta situación.
Social
Las diferentes organizaciones sociales de la sociedad, como gremiales, mineros, pueblos indígenas y choferes se han manifestado contra la mala administración del gobierno del MAS, que deja más pobres a los pobres y más ricos a los militantes del partido en función de gobierno, por ello anuncian movilizaciones a partir del 19 de marzo exigiendo soluciones a la falta de dólares, combustibles y por el alza de precios de los productos de la canasta familiar.
Además, desconocen al dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Guarachi, que se vendió al gobierno de turno, como lo hizo con Evo Morales, Jeanine Añez y ahora con Luis Arce.
Observaciones
“Si el gobierno utiliza el crédito externo para importar combustibles, el BCB deberá otorgar los recursos para cumplir con el objeto de préstamo, incrementando el crédito interno (la cantidad de dinero). Esto generará mayor presión sobre el tipo de cambio y los precios, advierte el economista José Luis Evia en su cuenta @jlaevia.
Asimismo, el analista económico Gonzalo Chávez Álvarez escribió en su cuenta @GonzaloCHavezA: “Como dijo Paz Estenssoro: Bolivia se nos muere. Se necesita una transfusión de $us 2000 millones de libre disponibilidad. Y una política económica de ajuste integral: corte fiscal, política monetaria contractiva, cambiaria flexible, libre importación y de promoción de exportación”.
“(…) Qué desastre. Estamos en la lona. Ninguna solución, esencialmente ‘no salgan a la calle porque no hay gasolina’
nada sobre la libre importación de combustibles, nada de eliminar impuestos, nada de recortar el gasto, nada de nada
Bolivia se nos muere”, lamenta el doctor en economía Antonio Saravia en X.
Sin duda la falta de divisas impide importar el combustible necesario, pero ¿Vamos a importar todo el combustible que consumimos?, ¿lo vamos a subsidiar eternamente?, cuestiona el analista del sector de hidrocarburos de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez en su cuenta @RaulVelag.
Plantea que los principales problemas son: política hidrocarburífera rentista y estatista, además de dependencia energética y fiscal.