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El litio para los bolivianos

Milton L. Lérida Aguirre

Antecedentes

 

Durante la Segunda Guerra Mundial, Bolivia entregó a los países aliados una cooperación minera y, al mismo tiempo, tuvo un rol clave en la provisión de minerales estratégicos a los Estados Unidos, que luego lo utilizó para fabricar equipos y armamento bélico de guerra.

Hoy, el gobierno boliviano pretende entregar el litio a Rusia y a China, países donde casi no se práctica la democracia y se viola los derechos humanos.

En 1942 el presidente boliviano Enrique Peñaranda, firmó un Acuerdo con Estados Unidos, mediante el cual se comprometió a proveer, en calidad de solidaridad, la producción de estaño a los americanos, con precios de gallina muerta respecto a lo que se cotizaba en el mercado internacional.

Malasia, hasta 1942, era el mayor productor de estaño del mundo; sin embargo, había sido ocupada por Japón, convirtiendo a Bolivia en el principal proveedor de estaño para enfrentar al eje Alemania, Italia y Japón.

Así mismo, el gobierno boliviano no solo comercializó estaño, sino que también exportó tungsteno, antimonio, zinc y plomo, minerales de suma importancia y estratégicos para enfrentar la guerra.

 

Minerales estratégicos

El tungsteno es utilizado en la fabricación y blindaje de misiles, proyectiles perforantes, recubrimiento térmico para naves espaciales y soldadura, mientras que el antimonio se emplea en la producción de aleaciones resistentes al calor y es crucial para la seguridad en aviones, automóviles y equipos electrónicos, ni qué decir del zinc y el plomo, que sirven para la fabricación de municiones, blindajes y baterías militares. El plomo se emplea para fabricar balas, cartuchos y perdigones. En resumen, estos minerales, que entregó Bolivia a los Estados Unidos, fueron utilizados para la industria bélica durante la Segunda Guerra Mundial.

 

Bolivia tenía la oportunidad de generar el desarrollo económico-industrial

Bolivia tenía la oportunidad para obtener beneficios económicos, pero esto no sucedió, porque el gobierno de entonces siguió el camino de la pobreza y la miseria, al entregar sus minerales con precio de gallina muerta. Los únicos que se beneficiaron fueron los tres barones del estaño, situación que desembocó en un descontento social y, sobre todo, un malestar en el ámbito político de toda la sociedad boliviana que, convergió en la revolución de 1952.

En resumen, Bolivia fue un actor clave en el suministro de minerales estratégicos durante la Segunda Guerra Mundial, pero recibió precios desfavorables y no obtuvo beneficios y menos logró desarrollo económico-industrial.

 

Hoy pareciera que se repite la historia, pero con el litio

El actual gobierno boliviano pretende, a toda costa, entregar el litio al dictador Putin, a través de la Uranium One Group, sabiendo que, Rusia hoy ocupa parte del territorio de Ucrania y está en guerra. Ucrania es uno de los principales países productores de alimentos del mundo y poseedor de importantes minerales raros. Al entregar, parte del Gran Salar de Tunupa a los rusos, Bolivia está comprometiéndose, indirectamente con una potencia dictatorial, hecho que los bolivianos no podemos permitir, porque en ese caso estaríamos repitiendo la historia de 1942, cuando el presidente Peñaranda entrega el estaño a los EEUU.

Referente a la empresa China Hog Kong CBC, se puede decir que es lo mismo, porque los chinos siempre han comercializado productos de mala calidad; existen muchas denuncias de malos tratos a los trabajadores, hoy se han apropiado del nevado Illimani, donde nadie puede subir o escalar, construyen proyectos de mala calidad (caminos) y no existe confianza y menos una garantía sobre la construcción de las plantas para producir carbonato de litio. Al final de cuentas, tanto los chinos como los rusos son de la misma línea política. Los bolivianos debemos tener mucho cuidado, especialmente con la migración de los chinos.

 

Conclusiones

Primero. El contrato referido a la explotación del litio debe ser tratado en la nueva gestión de gobierno.

Segundo. Es necesario elaborar primero la LEY DEL LITIO Y RECURSOS EVAPORÍTICOS, donde estén las bases y fundamentos para industrializar estos recursos naturales estratégicos.

Tercero. Bolivia debe elaborar una política pública de Estado para encarar el desarrollo industrial minero y económico de los recursos evaporíticos.

Cuarto. Por las observaciones y violaciones a las leyes y a la Constitución Política del Estado, el Parlamento boliviano no debe aprobar los contratos, porque en otro caso se estaría comprometiendo con la dictadura de Putin y con el imperio chino.

Quinto. El litio debe servir para generar el desarrollo económico, social e industrial de la economía y la industria de los bolivianos.

 

El autor es Economista, experto en temas de las aguas del Silala y el litio.

E-Mail: milton.lerida1953@gmail.com

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