No nos referimos a la Nación boliviana, sino al Estado Plurinacional, creado por la Asamblea constituyente de 2009, que consideró, pero no aprobó una nueva Constitución Política, la cual sí fue aprobada por un organismo extra constitucional y, por tanto, es ilegítima y, enseguida, dicho documento fue promulgado por el gobierno de Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera, previo referéndum.
Por ese proceso, Bolivia dejó de ser Nación y pasó a constituirse en Estado Plurinacional. El primer artículo de esa CPE dice textualmente lo siguiente: “Bolivia se constituye en un Estado unitario social de derecho plurinacional comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomía. Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país”.
La señalada disposición entró en vigencia al ser promulgada la Constitución Política por el presidente Evo Morales, el vicepresidente Álvaro García Linera y su gabinete, y estuvo en aplicación durante veinte años, los primeros en medio de una furia llamada “Movimiento al Socialismo”. Enseguida hubo una etapa de bonanza, originada por el alza de precios de materias primas de exportación, en especial y otros, pero comenzó un increíble derroche y corrupción, que los gobernantes de entonces pensaban que sería eterno. Al mismo tiempo, se abandonó y destruyó el aparato productivo del país, por lo que años después el país entró en la pendiente inclinada del desastre.
En efecto, a quince años de existencia de ese “modelo económico”, entró en descomposición y empezó el descontento popular inevitable y, a la vez, una crisis política derrocó al régimen populista y expulsó a Morales y García Linera del poder, quienes se dieron a la fuga, volando hasta México.
Al dejar a Bolivia con vacío de poder, después de varios días surgió un gobierno transitorio e improvisado que, en vez de solucionar los grandes problemas, los agravó y, al mismo tiempo, poco después permitió la restauración del régimen masista excretado. El estado de ruina en que quedó el país fue prorrogado por el gobierno de Luis Arce que, incapaz de hallar soluciones, prolongó la crisis económica, política, social, que son producto del desastre de años anteriores. Finalmente, se llegó a una catástrofe total, que mostró que el Estado Plurinacional se encontraba en agonía, en terapia intensiva y solo espera los santos oleos para bajar a la tumba.
Ahora bien, el país desarmado material y espiritualmente, en medio de una crisis total, marcha a la deriva y sin gobierno, necesitando una fuerza partidaria que enfrente la catástrofe. Se requiere convocar a una Asamblea constituyente, que dicte una nueva Constitución Política y elija un gobierno que rectifique el curso de la historia de Bolivia y ponga al país en el verdadero camino hacia el progreso.