En base a la última información presentada por el Ministerio de Planificación del Desarrollo, en su “Rendición Pública de Cuentas Final – Gestión 2024”, la ejecución presupuestaria de inversión pública en Bolivia en la gestión 2024 fue apenas del 50%, considerando que se tenía un presupuesto vigente de 4.841 millones de dólares y solo se ejecutó un monto de 2.430 millones, según el análisis del presidente del Colegio Departamental de Economistas, Fernando Romero Torrejón.
“(…) si se considera el presupuesto aprobado (en el PGE 2024), la ejecución llegaría a un 57%, ya que se había programado una inversión pública para el 2024 de 4.274 millones de dólares”, sostiene.
Para la presente gestión, la inversión pública bajó a 4.024 millones de dólares, cifra menor a la registrada la pasada gestión. En los últimos años, los recursos fueron mermando y por ello los recursos destinados a las obras estatales.
Los constructores, la pasada gestión, solicitaron a las autoridades actualizar los costos y desembolsos para cumplir con sus trabajadores y dar liquidez a las empresas del sector, y el Gobierno accedió, y se modificaron algunas normas.
Sin embargo, la falta de recursos en el Gobierno y en los subnacionales, generan preocupación en el sector, debido a que las obras podrían ser paralizadas por la falta de liquidez. En la presente gestión, la situación se agudiza por la falta de dólares, combustibles y una pérdida del poder adquisitivo.
Análisis
En el 2023, la ejecución presupuestaria en inversión pública fue del 66%, considerando el presupuesto aprobado de 4.006 millones de dólares, pero si consideramos el presupuesto vigente, 4.666 millones, solo se habría ejecutado apenas el 57%. En el año 2024, no solo descendió el porcentaje de ejecución presupuestaria respecto al 2023, sino que también el monto ejecutado de 18.233 millones de bolivianos el 2023 a 16.671 millones durante el 2024, es decir, cayó en un 9%.
La ejecución presupuestaria por sector económico igual fue baja, tomando en cuenta el presupuesto vigente para cada uno de ellos en el 2024. En el caso del sector productivo solo fue del 39%, del sector social el 56%, en el caso de infraestructura de un 70% y finalmente, el multisectorial con un 50%. Evidentemente, una menor inversión pública limita el crecimiento económico del país, la inversión privada, la generación de empleo y por ende, las posibilidades de mejorar las condiciones de vida de la población, señala Romero.
Finalmente, en los últimos años la tendencia fue que la ejecución presupuestaria en inversión pública de Bolivia baje, sobre todo, por problemas de solvencia y liquidez en el sector público que fueron creciendo gradualmente a medida que los ingresos hidrocarburíferos fueron bajando.
Al parecer, se aplicó una política “austera” en la inversión pública para tratar de reducir o al menos evitar que se eleve más el déficit fiscal del Sector Público No Financiero (SPNF) en cada gestión, el cual fue del 12% del Producto Interno Bruto (PIB) el año pasado. Seguramente, si es que hubiésemos “gastado” más en inversión pública el 2024, el déficit hubiera sido mayor, apunta.
“Una de cal por otra de arena”, sin embargo, no es buena noticia que gastemos menos en un factor clave para nuestro crecimiento económico, inclusive para este modelo económico que se sustenta en un gasto fiscal elevado y un mercado interno polentoso, que actualmente está endeble, donde hay serios problemas financieros hasta para importar carburantes, donde posiblemente este año nuevamente se sacrifique la inversión pública para controlar el déficit fiscal o incluso reorientar sus recursos para gasto corriente, concluye.
Ejecución de inversión pública en 2024 sólo alcanzó a 50%
> El presupuesto destinado para la presente gestión para obras alcanzan a 4.024 millones de dólares, pero la falta de recursos pone en duda que la ejecución sea más del 50%.
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