Error de la Cancillería en conflicto de Ucrania

No es de extrañar que la cancillería del Estado Plurinacional cometa errores significativos, como ya es su tradición desde su origen, con relación a asuntos de gran importancia para el país. En esta oportunidad, se trata de un tema relacionado con la guerra entre Rusia y Ucrania.
En efecto, la cuestión adquiere relieve por tratarse de un conflicto de gran magnitud, por su carácter internacional y violación de principios constitucionales. En pasadas semanas, el presidente Donald Trump buscó con el presidente ruso Vladimir Putin una reunión en la capital de EEUU, para llegar a un acuerdo de paz para detener la guerra que se produce en Ucrania. Sin embargo, la reunión para acordar la paz mundial, concluyó en una ruptura de la negociación, lo cual significó que el estado de guerra entre esas esos países continúe.
Esa negociación fue observada por varias naciones y apoyaron la intención de los presidentes Trump y Putin, para evitar que prosiga la guerra. Entonces, el Gobierno boliviano no tardó en pronunciarse a favor de la posición asumida por Ucrania.
Esa actitud de la cancillería del Estado Nacional, implicó, en primer lugar, ponerse en contra la línea de Moscú, en sentido de lograr una paz definitiva. Es decir que Bolivia se aliaba con la posición de Ucrania de seguir la guerra mientras no sean atendidas completamente sus demandas. En esa forma, el Estado Plutinacional se puso contra la política de Vladimir Putin y a favor de la del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, vale decir contra todo lo que había sostenido el gobierno boliviano hasta entonces, aunque se desconoce cómo reaccionó la Embajada rusa en La Paz.
En todo caso, el gobierno de Luis Arce se puso contra su aliado y se inclinó a favor de los ucranianos. Más aún, mantuvo esa postura, pese a que el presidente ruso declaró que estaba de pleno acuerdo con la negociación diplomática de Trump y que posiblemente culmine con la firma del Tratado de Paz, el cual es anhelado por muchas naciones mundo y solo no es respaldado por cancillerías desorientadas.
Ese error del gobierno del Estado Plurinacional no es el único, ya que cometió otros de tan gran magnitud, como las fracasadas gestiones diplomáticas ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya, con relación a la demanda marítima boliviana y el desvío de las aguas del Silala. Los alcances de esos fracasos todavía no han salido a luz.
Por otro lado, la Cancillería ha cometido otra violación constitucional. Efectivamente, violó todo el contenido del Artículo 10 de la Constitución Política vigente, cuyo texto establece: “Bolivia es un estado pacifista que promueve la cultura de la paz…”, violación flagrante que hace aparecer al país como partidario de la guerra y, por tanto, contrario a la paz mundial.