¿De una Constitución con intervención de españoles, a un presidente coreano?

El enfoque realista de las relaciones internacionales, enseña que entre países no hay vínculos de amistad, sino un intenso juego de intereses, salvo que esa relación “fraternal”, como nos gusta calificarla a los bolivianos, le convenga.
La historia muestra esta realidad. Ocurrió con Chile, que apoyó a los ingleses en su guerra con Argentina. Argentina vendiendo armas al Ecuador, en pleno conflicto con el Perú, pese a la ayuda que éste le prestó en la Guerra de las Malvinas. También con el apoyo argentino al Paraguay, durante la Guerra del Chaco.
En este contexto, los gobiernos se preocupan por la seguridad de sus sociedades y de sus países, ante la amenaza que otros puedan constituir en la disputa por intereses contrapuestos y frente al crimen organizado, que actualmente azota a muchos países de nuestra región y del mundo.
Para alcanzar óptimas condiciones de seguridad, se necesita instituciones provistas de medios materiales suficientes y, especialmente, con recursos humanos altamente capacitados, muy motivados, con ánimo firme y fuerte sentimiento de identidad con la sociedad de la que forman parte y con el territorio en el cual han nacido, a tal grado que estén dispuestos al mayor sacrificio en su defensa.
Destacan entre estas instituciones las FFAA, encargadas, como reza la CPE de: “defender y conservar la independencia, seguridad y estabilidad del Estado…”. En las condiciones exigidas para comandarlas, se nota el cuidado puesto en la preservación de su integridad patriótica, pues, para ser Comandante en Jefe, de Fuerza e incluso comandar Grandes Unidades (divisiones de ejército y sus equivalentes), los oficiales deben ser bolivianos de nacimiento; igual requisito se impone para ocupar el Ministerio y Viceministerio de Defensa. Con la Policía Boliviana es algo parecido, pues su Comandante debe, también, ser boliviano de nacimiento.
Este cuidado no se tuvo en el caso del Presidente del Estado, pues se da acceso a este importante cargo, a bolivianos nacionalizados, así, un boliviano nacionalizado, podría ser el Capitán General de las FFAA.
Aprovechando este “descuido”, el señor Chi Hyun, coreano de nacimiento, se presentó años atrás como candidato presidencial y pretende hacerlo nuevamente, para ello ya se alió con el alcalde cochabambino y cabe preguntarse, si sus lealtades cívicas, los primeros 12 años los vivió en su país de origen, le permitirán preservar los intereses de Bolivia en todos los casos, incluso frente a los de su país de origen.
Además, al ser un hombre dedicado a propagar la fe en Dios, ¿no está vulnerando eso de “Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”? Dicen que la política está reñida con la ética, ¿Cuál será la del pastor evangélico en cuestión?, se supone que es un hombre dedicado a salvar almas del infierno, ¿no es más importante la suerte de su rebaño? ¿Se puede confiar en el pastor Chi como presidente?