martes, marzo 25, 2025
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Recuerdos del presente

Ministro sin pensamiento

Humberto Vacaflor Ganam

Una muy querida tía solía contar que alguna vez fue a buscar una empleada para la casa y se encontró con una joven que preguntó cuánto pagaría y, sobre todo, si iba a ser empleada “con pensamiento o sin pensamiento”.
Es decir, si iba a trabajar como un robot o si, además, iba a pensar en las comidas, las soluciones, las ideas… No recuerdo cuál fue el trato, pero la empleada resultó muy buena.
Se nota que el cocalero Evo Morales no le pidió a Luis Arce que fuera su Ministro de Economía “con pensamiento”, porque el ahora presidente revela que en sus once años de ministro nunca se enteró de que se agotaban las reservas de gas natural, porque el Ministro de Hidrocarburos era otro.
Lo que sí hizo fue aprobar la inversión de siete millones de dólares para la construcción de un museo en Orinoca, que ahora está abandonado y los vecinos ni siquiera aceptan usarlo como chiquero.
También asistió a la “nacionalización” del petróleo el 1 de mayo de 2006, pero ahora admite que el Gobierno olvidó que debía proteger esa medida con inversiones para reemplazar las reservas.
Y dice que quien debía ocuparse de ese detalle era el Ministro de Hidrocarburos, y no el de Economía, a pesar de que se encontraban todas las semanas en las reuniones de gabinete.
También dice el actual presidente que él se enteró en 2022 de la crisis de los combustibles que ahora padece el país, pero nada hizo por evitarla.
Si el presidente fuera “con pensamiento”, tendría que haber observado, no en 2022, sino en aquel 1 de mayo de 2006, que estaban sembrando la crisis de los hidrocarburos porque la “nacionalización” cortó en seco las inversiones.
La “Bolivia saudí”, que en 2003 estaba preparada para exportar gas natural licuado a Estados Unidos y México, porque tenía suficientes reservas, tiene ahora que importar gasolina y diésel, y dentro de poco también gas.
Por esos días, el chileno José Miguel Insulza dijo que su país estaba dispuesto a vender un puerto a Bolivia, a cambio de tener el contrato para la salida del gas licuado.
Arce se dedicó, todos los años, a enviar al Parlamento el PGN para la siguiente gestión, con montos para propaganda que, sumados, llegaron a 4.000 millones de dólares.
Él era el ministro del despilfarro, decidido a aprobar inversiones de hasta 50.000 millones de dólares en proyectos inservibles, como las “plantas industriales” que ahora sigue inaugurando.
Y pensar que Álvaro Ríos, que sí sabe del tema, les fue advirtiendo de la crisis que se venía, pero no lo tomaron en cuenta.

Siglo21bolivia.com

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