Los usos de la ingeniería social trascienden el campo de la ciberseguridad y la informática pues, según expertos entrevistados por EL DIARIO, también es ampliamente utilizada en el espacio físico y digital para propiciar escenarios de convulsión, conflictividad y polarización política.
Ingeniería social puede entenderse como el uso y manipulación de técnicas psicológicas, sociológicas y mediáticas con el objetivo de manipular las estructuras sociales, moldear la opinión pública e incluso desestabilizar a la sociedad.
Mientras, en el contexto de la seguridad informática, la ingeniería social se refiere al uso del engaño y la persuasión para manipular individuos para que divulguen o revelen información confidencial que puede ser usada para fines delictivos o fraudulentos, de acuerdo con el portal especializado de ciberseguridad Kaspersky.
Según la editora en jefe de Bolivia Verifica, Patricia Cusicanqui Hanssen, la crisis multidimensional que atraviesa el país es un “caldo de cultivo” para la generación de narrativas de desinformación y polarización social.
Tanto en el mundo digital como en el plano de la realidad material, la experta considera que “las condiciones están dadas” para ataques a la sociedad, ideados a través de diversas formas de ingeniería social.
En el ámbito de la conflictividad social, Cusicanqui explicó que estas estrategias implican influir en las emociones, creencias y comportamientos de las personas para generar o exacerbar divisiones, sentimientos de odio y resentimientos que ulteriormente desencadenan enfrentamientos.
Para la experta, estas estrategias vulneran los derechos humanos y debilitan el sistema democrático, pues el daño que ocasionan la desinformación y los contenidos tendenciosos afecta la credibilidad y la institucionalidad, más allá de que éstos sean verdaderos o falsos.
En este sentido, el sistema democrático a nivel mundial enfrenta un serio peligro, en vista de que las denuncias de fraude electoral se han convertido en una estrategia recurrente para deslegitimar procesos electorales en varios países, algo que “se siente con más fuerza en nuestra región y están arrastrando a posturas extremas a posiciones más radicales, sea de un lado u otro”, afirmó Cusicanqui.
FORMAS
La primera forma de ingeniería social dirigida a generar conflicto es la desinformación y propaganda, consistente en la difusión de información falsa, engañosa o tergiversada a través de redes sociales, voces oficiales y hasta medios de comunicación masivos, con el objetivo de sembrar confusión y generar posiciones extremas, aumentando la polarización y la tensión social.
En Bolivia, la desinformación es un fenómeno recurrente en la se ven involucrados no solo grupos de interés, actores políticos e instituciones, sino ciudadanos y medios de comunicación, al difundir contenidos no verificados que suelen estar dirigidos a exacerbar emociones y sentimientos radicales.
Cusicanqui advirtió que la producción y difusión de estos contenidos suele incrementar exponencialmente en tiempos electorales, donde se apela a la emoción de los votantes para incidir en su voto. En Bolivia, como en varios países de la región, se suelen manipular ideas del imaginario social para atentar o favorecer la imagen de ciertos candidatos a la presidencia, agregó.
Otra forma es a través de las redes sociales y el ciberactivismo, donde son frecuentes el uso de cuentas falsas, contenidos generados por inteligencia artificial y bots para amplificar mensajes polarizantes, crear o dirigir tendencias y generar sentimientos de crisis.
La ingeniería social también puede generar conflictos al fomentar la radicalización de grupos sociales, aprovechando temas sensibles en la sociedad como desigualdad económica, discriminación étnica, racial o de género, entre otros, para explotarlas y confrontar a un grupo con otro, favoreciendo su diferenciación de forma radical.
Al respecto, Cusicanqui puso como ejemplo la reciente toma de la sede del Movimiento al Socialismo (MAS) en la ciudad de La Paz, donde grupos “evistas” y “arcistas” se enfrentaron violentamente por ideologías políticas.
Consultada por EL DIARIO, la experta afirmó que los actos bochornosos en la Asamblea Legislativa o las agresiones a periodistas en los bloqueos del “evismo” pueden ser considerados otros ejemplos de ingeniería social aplicada a generar convulsión y polarización.