Un pacto con muerte súbita para no quedar fuera de la próxima oposición

Nace, en el marco del “diálogo” convocado por Luis Arce, una alianza bizarra entre los dos únicos aspirantes a la presidencia que acudieron a la convocatoria del gobierno. Es un anuncio de compromiso con sabor a afán de asegurarse no quedar fuera de la primera fuerza de representación legislativa opositora en el próximo gobierno.
Manfred Reyes Villa sabe que es su última elección, alcanzó su techo de crecimiento estadístico, mientras el outsider Chi Hyun Chung empezaba a despegar, beneficiado por los nuevos electores que buscan, ante todo, un candidato emergente, venido de las afueras del sistema político.
Si el alcalde de Cochabamba no seducía primero a Chi, lo hacía cualquier otro de sus contendientes tradicionales y el “bombón” era historia. Pero el precio que le puso Chi a la alianza es muy alto: no aceptó ser el segundo del cinco veces alcalde, sino que lo comprometió a someterse a una peculiar competencia interna para definir en abril quién se queda con la candidatura y quién se mantiene al margen.
No es que la encuesta definirá quién es presidenciable y quién es acompañante. El que pierda, sale de la foto y apoya al favorecido por la encuesta. Sabiendo que Manfred tocó techo, Chi compra tiempo difiriendo el compromiso de pesarse en la báscula de la preferencia en abril.
Las preguntas que quedan: ¿Quién hará la encuesta? Si es Claure, Chi deberá resignarse a ser el acompañante de Manfred. ¿Respetará Chi los resultados? En un país como Bolivia hay que preguntarse si este “pacto suicida” sobrevivirá a una eventual verificación de Chi en sentido de que nada le suma el apoyo de Reyes Villa.
¿Verán todavía los votantes a Chi como la opción emergente y asistémica que añoran? Asistir a la convocatoria de Arce y anunciar en ese marco su alianza con un alcalde opositor, sospechoso de pertenecer a la coalición de gobierno del MÁS, le pasará factura a Chi en la percepción de los electores.