Queridos lectores, concluimos el mes pasado con un postre magnífico y hoy, al inicio del mes de abril, tenemos un día muy especial y lo celebraremos de la manera más deliciosa, porque la cocina es un puente entre culturas, un espacio donde ingredientes de distintos rincones del mundo se encuentran para crear nuevas experiencias sensoriales. En esta receta, el mousse de chocolate, símbolo de la elegancia y la indulgencia, se une a la delicadeza del té matcha en forma de una ligera gelatina, dando como resultado un postre innovador que rinde homenaje a dos tradiciones gastronómicas con siglos de historia.
El té matcha, originario de China, pero adoptado y perfeccionado en Japón, tiene una historia fascinante que se remonta al siglo XII, cuando el monje budista Eisai llevó semillas de té desde China a Japón. Con el tiempo, esta variedad molida se convirtió en el corazón de la famosa ceremonia del té japonesa, una práctica que trasciende lo culinario y se adentra en lo filosófico y espiritual. Su vibrante color verde y su sutil equilibrio entre dulzor y amargor lo han convertido en un ingrediente estrella en la repostería moderna.
Por otro lado, el mousse de chocolate tiene sus raíces en la Francia del siglo XVIII, donde el chef real Menon documentó una versión temprana de este postre en su libro Les Soupers de la Cour. Desde entonces, ha evolucionado hasta convertirse en un clásico mundial, celebrándose cada 3 de abril en el Día del Mousse de Chocolate, una fecha dedicada a disfrutar su textura aireada y su inigualable sabor.
No menos importante es la gelatina, un ingrediente con un pasado igualmente intrigante. Utilizada desde la época medieval en Europa como espesante natural, su popularidad explotó en el siglo XIX con la invención de la gelatina en polvo. Cada 2 de abril, el mundo celebra el Día Internacional de la Gelatina, rindiendo homenaje a su versatilidad y su capacidad para transformar postres en experiencias ligeras y refrescantes.
Queridos lectores, esta receta de Mousse de Chocolate con Gelatina de Té Matcha es más que un simple postre, es un viaje a través del tiempo y las tradiciones culinarias de distintas partes del mundo. La cremosidad del chocolate se funde con la sutil firmeza de la gelatina de matcha, creando una combinación que despierta los sentidos y respeta la herencia de cada uno de sus componentes.
Prepárate para descubrir un equilibrio de sabores y texturas que hará de cada bocado una celebración de la historia y la creatividad en la cocina.
MOUSSE DE CHOCOLATE CON GELATINA DE TÉ MATCHA
Ingredientes:
Para la mousse de chocolate negro:
200 gr de chocolate negro (mínimo 70% cacao)
3 u. huevos (separadas claras y yemas)
50 gr de azúcar
200 ml de crema para batir (nata para montar)
1 cucharilla de extracto de vainilla
1 pizca de sal
Para la gelatina de té matcha:
250 ml de agua
1 cucharada de té matcha en polvo
50 gr de azúcar
1 y ½ cucharillas de gelatina sin sabor (o agar-agar para versión vegana)
50 ml de leche de coco (opcional para mayor cremosidad)
Preparación:
Paso 1: Preparar la mousse de chocolate
Derretir el chocolate negro a baño maría o en el microondas en intervalos de 30 segundos. Reservar y dejar entibiar.
Batir las yemas con el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa y de color más claro. Agregar la vainilla.
Incorporar el chocolate derretido a la mezcla de yemas con movimientos suaves.
En otro bowl, batir la crema hasta que tenga consistencia firme. Agregarla suavemente a la mezcla de chocolate.
Batir las claras con la pizca de sal hasta lograr picos firmes. Integrarlas en movimientos envolventes para mantener la textura aireada.
Distribuir la mousse en copas o moldes individuales hasta llenar ¾ partes y refrigerar al menos 2 horas.
Paso 2: Preparar la gelatina de té matcha
Disolver el té matcha en 50 ml de agua caliente, batiendo bien para evitar grumos.
Hidratar la gelatina sin sabor en 50 ml de agua fría y dejar reposar 5 minutos.
Calentar el resto del agua (150 ml) con el azúcar hasta que se disuelva completamente. Retirar del fuego y agregar la gelatina hidratada, mezclando hasta que se integre.
Añadir la mezcla de té matcha y opcionalmente la leche de coco. Dejar enfriar a temperatura ambiente.
Verter suavemente sobre la mousse ya refrigerada y dejar cuajar en la nevera por 3 horas más.
Servir:
Antes de servir, decorar con polvo de matcha tamizado, chocolate rallado o unas hojas de menta fresca. Este postre es perfecto para cerrar una cena especial, combinando lo mejor del chocolate con la esencia sofisticada del matcha.
Esta receta es una fusión entre la intensidad del chocolate negro y la elegancia del té matcha, que aporta notas terrosas y un vibrante color verde. La combinación de texturas entre la mousse aireada y la gelatina firme convierte este postre en una experiencia sofisticada y equilibrada.
¡Disfruten de esta exquisita armonía de sabores y texturas!
Queridos lectores hasta la próxima cucharada de sabiduría gastronómica y no olviden que:
“La gastronomía hecha con amor, física, química y biológicamente sabe mejor”
Chef Franz R. Arandia Belmonte
Gastrónomo Profesional e Investigador Gastronómico
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