El próximo 13 de abril, los ecuatorianos acudirán nuevamente a las urnas en la segunda vuelta presidencial, en una elección que podría redefinir el rumbo político y económico del país.
Los contendientes, Daniel Noboa y Luisa González, representan modelos de gobierno marcadamente distintos. Noboa, un empresario vinculado a la agroindustria, lidera una propuesta de derecha con énfasis en la inversión privada y la reducción del tamaño del Estado. González, en cambio, representa a la izquierda conservadora, abogando por un modelo con un Estado fuerte y regulador.
«La propuesta de Luisa González parte de un Estado generador de empleo y proveedor de servicios básicos, mientras que Noboa apuesta al sector privado como motor de la economía», explicó Ximena Zapata, investigadora del Instituto para Estudios Latinoamericanos (Giga) en entrevista con Dw.
Johannes Hügel, director de la oficina en Ecuador de la Fundación Konrad Adenauer (KAS), cercana a los conservadores alemanes, destaca, en entrevista con Dw, que «Ecuador se debate entre dos modelos económicos antagónicos, lo que refleja una sociedad profundamente dividida».
PRIORIDAD DE ECUATORIANOS
Con la tasa de homicidios más alta de América Latina, la seguridad es el tema central en la agenda electoral. Ambas candidaturas adoptaron discursos de mano dura frente al crimen organizado, pero sus enfoques difieren en algunos puntos clave.
Noboa ha propuesto medidas controvertidas, como la contratación de mercenarios extranjeros y la reapertura de la base militar de Manta, además de solicitar apoyo al Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, para declarar a las bandas criminales como grupos terroristas. González, por su parte, apuesta por estrategias de inteligencia financiera, fortalecimiento del control del lavado de activos y cooperación con EEUU y Europa. «Las propuestas de Noboa carecen de una visión integral y se basan en soluciones reactivas», advirtió Zapata.
Consultado por Dw, el académico ecuatoriano y experto en seguridad Daniel Pontón considera que «no hay una planificación adecuada en materia de seguridad» y que ambas propuestas presentan «áreas grises» en cuanto a su viabilidad. Además, destaca que «no se ha discutido cómo se financiarán estas iniciativas» y que «la falta de un plan estructurado es un déficit del actual gobierno y de los candidatos».
Para Johannes Groll, director de la oficina de la Fundación Friedrich Ebert (FES), cercana a la socialdemocracia alemana, «la crisis de seguridad en Ecuador no se resolverá solo con represión; es necesario un enfoque estructural que ataque las raíces del problema, como la corrupción en las fuerzas de seguridad y el desempleo juvenil».
MERCADO Y ESTADO
El futuro económico del país también está en juego. Noboa busca atraer inversión extranjera con un Estado reducido y mayor apertura al mercado, mientras que González defiende un modelo con mayor intervención estatal. Según Zapata, «las campañas han sido más sobre descalificaciones que sobre propuestas concretas para resolver problemas como el empleo, la salud y la educación».
Hügel agregó que «uno de los desafíos más grandes será la estabilidad fiscal: sin una estrategia clara, Ecuador podría enfrentar un aumento en la deuda pública y un deterioro de los servicios básicos». Pontón enfatizó que «el tema económico no se ha discutido lo suficiente» y que es clave para determinar la viabilidad de las propuestas de ambos candidatos.
ALINEAMIENTOS ESTRATÉGICOS
El resultado del balotaje también influirá en las relaciones exteriores de Ecuador. Una presidencia de Noboa significaría un acercamiento más estrecho con Estados Unidos, en lo que Zapata califica como una «intervención por invitación». En contraste, González buscaría mantener la cooperación sin un alineamiento explícito con Washington. En cualquier escenario, Ecuador enfrentará el reto común de América Latina: la persecución a migrantes en EEUU y la problemática de los retornos forzados.
Pontón señala que «Noboa ha capitalizado su alineamiento con EEUU, mientras que González ha mantenido una postura crítica, aunque también ha reconocido la necesidad de cooperación internacional». Sin embargo, advierte que «los escenarios de cooperación serán distintos» y que Ecuador deberá redefinir su política exterior en función de estos cambios.
«Mientras Noboa favorecería una mayor integración con Washington y el Fondo Monetario Internacional, González podría priorizar la cooperación con otros bloques, como la CELAC y China», puntualió Groll.
PAÍS POLARIZADO Y FRAGMENTADO
El clima electoral se desarrolla en un contexto de alta polarización y fragmentación política. «Las campañas no han ayudado a reducir esta polarización; al contrario, la han intensificado», subrayó Zapata.
Independientemente de quién gane, el próximo presidente enfrentará el reto de gobernar un país dividido y con una institucionalidad debilitada. Hügel advirtió que «sin un Congreso con mayor cohesión, será difícil implementar reformas estructurales, lo que podría derivar en más inestabilidad política». Pontón también cuestiona la gobernabilidad futura y cómo los candidatos manejarán la Asamblea para concretar sus reformas. La decisión del 13 de abril marcará el rumbo del país en un contexto de crisis económica y violencia.