Como ya es costumbre en los últimos años, antes de la celebración del Día del Trabajador, que es el 1 de mayo, la desprestigiada Central Obrera Boliviana (COB) entregó al presidente Luis Arce Catacora el pliego petitorio 2025, en el cual está la solicitud de un incremento salarial del 15% al mínimo nacional y 20% al haber básico. Según el gobierno nacional, se analizará tal pliego en comisiones de trabajo para lograr acuerdos que “garanticen la estabilidad de los trabajadores” y una compensación salarial según los índices de inflación que han ocasionado la elevación de precios.
Nuevamente se advierte la negociación será entre la COB y el gobierno, es decir entre amigos por intereses políticos, sin la intervención del empresariado privado. Otra vez no son tomadas en cuenta recomendaciones de organismos nacionales e internacionales para llegar a acuerdos entre los sectores laboral, empresarial y gubernamental. En consecuencia, se omite los pedidos para no dañar la frágil estabilidad de las empresas formales, en medio de una crisis económica que será muy difícil resolver.
En ese contexto, seguramente prevalecerán las gestiones entre sindicalistas afines al gobierno de turno y autoridades nacionales, por lo que se prevé que no serán considerados en profundidad los problemas económicos que perjudican a las empresas formales que todavía quedan en el país y que tratan de sobrevivir, luchando contra el acoso tributario, la falta de apoyo a la industria nacional y la desleal competencia del contrabando.
Sin embargo, según expertos en el tema, los pedidos de incrementos salariales superiores al índice de inflación pueden generar una espiral inflacionaria, reduciendo el poder adquisitivo de los trabajadores y limitando la competitividad de las empresas. Por ello, en otros países, los ajustes salariales son motivo de negociaciones entre sindicatos y empresarios, para que los aumentos sean determinados tomando en cuenta índices inflacionarios futuros, a fin de actualizar salarios y que la incertidumbre sea menor.
También en modelos innovadores, los ajustes salariales son combinados con incentivos fiscales para las empresas que muestran mayor productividad. Además, la negociación colectiva permite acuerdos salariales según el desempeño económico de sectores determinados, lo que brinda estabilidad y competitividad. Como se observa, en nuestro país, con los gobiernos populistas, solo se trata de negociar entre amigos, sin pensar, por ejemplo, en que ahora, debido a nuestra deteriorada economía, cualquier aumento salarial causaría despidos de empleados, migración o cierre de empresas formales.
En todo caso, impedir la participación de los privados en la negociación salarial es perjudicar a un sector económico muy importante, por ser fuente de empleos y atraer capitales nacionales y externos. Además, solo con una tarea conjunta entre sectores públicos y privados será posible realmente lograr reactivación económica, hoy tan urgente ante la actual crisis económica, principalmente,
En cuanto a la COB, “organismo matriz” de los trabajadores, sus actuales dirigentes, que no muestran verdadero interés en los graves problemas nacionales, cada vez son más cuestionados, principalmente por su sumisión ante los gobernantes masistas desde el año 2006.