A pesar de las buenas intenciones de autoridades del sector de hidrocarburos para aumentar las reservas y producción de gas natural y líquidos, el analista y exautoridad, Mauricio Medinaceli, plantea la necesidad de acuerdos políticos y sociales, así como la elaboración de una estrategia con participación de empresas con amplia experiencia en el campo, de lo contrario la situación podría agudizarse.
Entre el 2014 y 2015, la producción de gas natural alcanzó el pico más alto, de 60 millones de metros cúbicos (MMmcd) y para la presente gestión se proyecta que la misma bajará aún más, a menos de 30 MMmcd, según la Fundación Jubileo.
Los analistas económicos, como Gonzalo Chávez, reitera que los ingresos llegaron a 6.000 millones de dólares en 2014, pero a la fecha registró una caída de más del 30%, es decir que los recursos bajaron a menos de 2.000 millones.
En su artículo titulado: “Planes en el sector de hidrocarburos boliviano y la fábula de la lechera”, publicado en 2020, Medinaceli realiza una comparación con una fábula de la lechera, una niña feliz se dirigía al mercado a vender la leche que llevaba en su cántaro, cuando de repente empezó a soñar (a planificar); soñó que con el dinero de la venta de la leche podría comprar huevos, luego podría tener gallinas (…)y así sus sueños comenzaron a crecer, hasta que el cántaro cayó al suelo y todos sus sueños se derrumbaron.
En ese contexto, el autor del artículo pregunta del por qué el sector de hidrocarburos de Bolivia ha tenido varios planes en los últimos 15 años. “Estos planes se presentaron en extensas publicaciones llenas de ejercicios numéricos y, en ocasiones, matemáticas y econometría avanzadas. Pero, como en la fábula de la lechera, muchos de estos planes eran meras ilusiones. Aún recuerdo el “Plan 100” del expresidente de YPFB, Santos Ramírez: 100 millones de metros cúbicos de producción, 100 billones de pies cúbicos de reservas y 100 pozos petroleros. Suena bien, ¿verdad?”, señala Medinaceli.
Por ello, la exautoridad del Ministerio de Hidrocarburos sostiene que “para que un plan en el sector de hidrocarburos de Bolivia sea más que una lista de buenas intenciones llena de números y estadísticas, los acuerdos entre partidos políticos y los acuerdos sociales son esenciales. De poco sirve elaborar un plan si el próximo gobierno tiene su propia agenda, así como de poco sirve soñar con eliminar subsidios si las asociaciones de vecinos y los sindicatos del transporte no están de acuerdo”.
“(…) creo que diseñar un plan es la etapa final de un proceso de consulta más amplio entre diversos actores que no necesariamente pertenecen al sector de hidrocarburos. Se puede reunir a los mejores expertos técnicos del mundo, contratar a las mejores empresas del planeta para crear el plan, pero si la asociación de vecinos de El Alto no está de acuerdo, no se llegará muy lejos”, reflexionó.
Aseguró que “uno de los proyectos de hidrocarburos más exitosos del país –el proyecto de exportación a Brasil– se materializó, entre otras razones, porque el equipo técnico de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) presentó el plan (y logró acuerdos) con las principales figuras políticas de la época…”.
“Sin acuerdos entre partidos políticos, sin diálogo con instituciones sociales, sin interacción con posibles inversores, un plan solo beneficia a una entidad: la empresa que publica la versión final, probablemente en una edición de lujo que podría acabar acumulando polvo en el estante de los planes fallidos de los últimos 15 años”, detalló.
Normativa
En su momento, el analista del sector de hidrocarburos de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, se inclinó por una nueva normativa para atraer inversiones y desarrollar el sector en el mediano plazo.
Entretanto, el exsecretario de Hidrocarburos de la Gobernación de Santa Cruz, José Padilla, destaca la participación privada en el negocio debido a los altos recursos que se tienen que invertir en exploración y los resultados pueden ser exitosos o negativos.
Como se recordará, YPFB puso en marcha su plan de upstream a partir del 2021 y los resultados son poco alentadores; sin embargo, la entidad estatal destaca el pozo Mayaya y que los otros proyectos también ayudarán a subir la oferta de gas para el mercado nacional e internacional.
Ante la caída del mercado argentino, los gasoductos son alquilados al vecino país para que envíe gas a Brasil; mientras tanto, Paraguay, Argentina y Brasil anunciaron un acuerdo para trabajar en el gasoducto bioceánico, sin tomar en cuenta a Bolivia.
Incierto aumento de producción
Solo acuerdos políticos y sociales viabilizarán proyectos de hidrocarburos
> Paraguay, Brasil y Argentina acuerdan trabajar en un gasoducto de integración sin tomar en cuenta a Bolivia.
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