lunes, julio 8, 2024
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Aumenta la población, menos producción agrícola

Es conocida a tesis del economista Tomás Malthus que dice que en tiempos normales la población crece con velocidad geométrica (2-4-8), mientras la producción de alimentos solo crece en proporción aritmética (1-2-3). Pero, en tiempos de crisis, mientras la población sigue creciendo con dicha velocidad, la producción agrícola deja de crecer, Pero en Bolivia no se cumplen esas leyes, o sea que mientras la población aumenta más rápidamente, la producción agrícola cae constantemente y se aproxima a casi cero.
Ese problema sucede en Bolivia no por razones climáticas o geográficas o grandes conflictos bélicos o catástrofes naturales, sino por obra de gobiernos y gobernantes que no tienen interés en la agricultura ni en la alimentación de las masas populares y su interés está dirigido a la minería o una supuesta industrialización de vacas sagradas.
Una política de ese tipo se encuentra en aplicación desde hace decenios, pero en últimos años ha llegado a su culminación y se llegó al extremo de que solo debe aumentar la población y la producción agrícola debe quedar en el olvido o atendida en mínima escala, de tal manera de aplicar políticas generales más faraónicas que podrían ser la clave para mantenerse en el poder.
En efecto, eso es lo que ha venido ocurriendo a nivel nacional en los últimos veinte años. La población se ha triplicado en relación con 1952. Pero mientras eso ha sucedido, en la zona andina la producción agropecuaria casi ha desaparecido totalmente, excepto algunas zonas, con tendencia a bajar a cero y esto no por factores climáticos (sequías, lluvias, heladas, etc.) sino por obra de políticas públicas humanas, o sea que ha sido peor que la pandemia del covid-19 y todas las otras juntas del pasado y el presente. Pero la demanda de alimentos no solo subió en más del 200 por ciento por el crecimiento natural de la población, sino por las necesidades de consumo, como de mejora del nivel de vida, uso de medicamentos, mejor situación económica y social, crecimiento de algunas agroindustrias, etc.
La brecha entre crecimiento de la población y producción de alimentos en la zona andina del país (altiplano, valles y yungas) llega a alrededor del 80 por ciento, mientras anteriormente llegaba al cerca de 40 por ciento. ¿Y cómo se cubre esa brecha?
Ese déficit se cubre 1) con el contrabando desde países vecinos con creciente agricultura, 2) la importación de alimentos por parte del Estado para venderla subvencionada al público y 3) las importaciones privadas. Total de importaciones que significan alrededor de mil millones de dólares al año.
Además, la brecha sigue creciendo porque el Estado Plurinacional dicta medidas agrarias que destruyen la agricultura, fomentan el contrabando y dan muerte a la agricultura andina e interandina y también en gran medida a la oriental. Efectivamente, la brecha sigue creciendo no solo por disposiciones técnicas, sino también de Derecho, como las de carácter constitucional, leyes decretos, el caos social en medio rural con asaltos, violencia, falta de autoridades, etc.
Es más, al parecer existe una política de aumentar la población y, además, no toma en cuenta que los países vecinos y lejanos han frenado sus exportaciones, han subido precios, y dan preferencia al consumo interno, etc., lo que les prohíbe exportar. De tal forma que lo que el gobierno llama “seguridad” y “soberanía alimentaria”, es una afirmación engañosa, para seguir gastando las escasas divisas que quedan para importar alimentos y no solucionar el problema agrario nacional, que es donde se encuentra la crisis del aumento de población y la falta de producción agrícola interna. Panorama general que, más a corto que lago plazo, amenaza con una hambruna, epidemias, migraciones, como ya ocurrió algunas veces en la historia de Bolivia, en los siglos XIX y XX, por lenidad de gobiernos populistas feudales y colonialistas.

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