Urgencias de los pobres son fortaleza de los ricos

Siempre se ha sostenido que si no hubiese pobres no habría ricos en el mundo. Una verdad que puede decirse es a medias, porque también puede sostenerse: “La riqueza de los ricos, es fortaleza de los pobres”. ¿Cuál frase es más apropiada a la realidad? Para la mayoría de los pobres del mundo, los ricos no tendrían razón de ser porque aquellos acrecientan las fortunas, hacen que los ricos compensen lo que dan a los pobres, que los ricos deberían vivir con lo que tienen prescindiendo de dar a los pobres. Sostienen que la pobreza crea riqueza y crece por las exigencias de los pobres.
Todo resulta contradictorio; pero, adentrándose un poco en cada caso, se llega a la conclusión de que ambos extremos conviven, se encuentran y parecen necesitarse, que ninguno puede subsistir sin el otro. Así, por cualquier lado, se encuentran incongruencias. Las estadísticas mundiales muestran que el total de las riquezas de los hombres más ricos suma alrededor de 500 mil billones de dólares y surgen las preguntas: ¿Y cuánto necesitarían los más pobres para superar su extrema pobreza, que es miseria absoluta? ¿Alcanzarían l.500 o 2.500 trillones de dólares que es monto infinitamente superior a lo indicado para el caso primero?
Se puede jugar con muchas cifras o cantidades de dinero que no es para remediar el grave problema que es más grave, más difícil, más problemático porque, en primer lugar, hay que crear condiciones –con mucho dinero– para lograr una vida digna a los hombres, conseguir para ellos no sólo alimentación y medicamentos sino medios de contar con vida y planes efectivos de educación. Crear para los pobres sistemas para asegurarles agua y alimentos, mostrarles los caminos del desarrollo y progreso haciendo que ellos se adentren en todo ello. Lo que hay que darles es mucho más que dotarlos de fortunas y sobrepasa muchos cálculos. Educación y salud son los mayores tesoros que de inicio deben recibir y ello requiere de tiempo e inversiones financieras, tecnológicas y aportes humanos muy bien formados para educar y transmitir conocimientos, virtudes y valores.