viernes, julio 26, 2024
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La Economía Naranja en el país

La Economía Naranja promociona el turismo, la culinaria, la cultura. Es una alternativa de desarrollo en el país.
El turismo en el país aún no se recupera de los niveles alcanzados pre pandemia del Covid-19. Recordemos que en 2019 el país recibió la visita de 1.239.281 personas, cifra que en 2020 –en plena pandemia– bajó a 323.272, menor en 73,9% al año anterior.
El año pasado se calcula que llegaron el país unos 500.000 visitantes –cifra aproximada a la del 2008–, que representa menos del 50% de la cantidad de turistas del 2019.
Esta realidad nos dice que, si bien tenemos una gran variedad de sitios turísticos, nos faltan políticas de promoción de toda esta riqueza, de la que deben responsabilizarse los gobiernos nacional, departamental y municipal.
Los movimientos sociales promoviendo marchas y bloqueos afectan la imagen del país. Todos los bolivianos debemos esforzarnos para que Bolivia sea un país preferido por los turistas.
Debemos estar convencidos de que el turismo es una de las mejores actividades para impulsar el crecimiento de la economía, por su gran dinamismo, con un efecto multiplicador sobre otros sectores, como las comunicaciones, transporte, producción de artesanías, hospedaje, restaurantes, centros de diversión y muchos otros más.
El mes pasado, la revista Forbes publicó un estudio del sitio especializado money.co.uk, donde se clasifica a Bolivia entre los 50 países más bellos del mundo. “Si bien la belleza es en última instancia subjetiva, está claro que estos países tienen mucho que ofrecer a los visitantes, ya sea que prefieras aventurarte en las montañas o relajarte en la costa”, señaló Sal Haqqi, editor de finanzas personales de money.co.uk.
Este informe debe servirnos de impulso para buscar convertirnos en un país destino en la ruta de los turistas del mundo entero. Estadísticas muestran que en 2020, los países de donde vinieron más turistas fueron: Argentina con 30,5%, Perú 20,0%, Brasil 8,8%, Chile 8,0%, Estados Unidos 4,4% y España con 3,1%.
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial del Turismo, en 2018 las llegadas de turistas internacionales en todo el mundo llegaron a los 1.400 millones. Ese mismo año fue el séptimo año consecutivo en el que el crecimiento de las exportaciones de turismo (+4%) superó el crecimiento de las exportaciones de mercancías (+3%).
Bolivia es un país con una amplia oferta turística para el mundo entero. Podemos citar las ruinas de Tiwanaku; la amazonia con santuarios de vida silvestre como el parque Noel Kempff Mercado o el parque Madidi; las Misiones Jesuíticas de Chiquitos, huellas de dinosaurios en el parque nacional de Toro Toro (Norte de Potosí) o el Parque Cretácico Cal Orko en Sucre, Samaipata, los carnavales de Oruro o Tarabuco, la red caminera del Tahuantinsuyo; el lago Titicaca con Copacabana y sus islas del Sol y la Luna; el salar de Uyuni y zonas aledañas como las lagunas Verde y Colorada y los geiseres; la Cordillera de Los Andes y cumbres como Chacaltaya, Huayna Potosí o el Sajama.
Se estima que el gasto promedio por visitante extranjero, en 2019, fue de aproximadamente 680 dólares. Según la UDAPE, solo el 15% del gasto de un turista está destinado al hospedaje, el 63% se destina al transporte, alimentación y esparcimiento. El restante 22% el turista lo destina a bienes como souvenirs, artesanías, vestimenta y/o regalos.
Debemos insistir que el turismo, que forma parte de lo que se conoce como la Economía Naranja, es una de las actividades económicas que permite una alta captación de divisas, redistribución entre muchos sectores de la economía, como transporte, hotelería, gastronomía, productores artesanales, comunidades aledañas a los centros turísticos. Incide positivamente en la generación de nuevas fuentes de empleo y, algo que vale la pena remarcar: puede ser una actividad amigable con el medio ambiente.
Todos los bolivianos debemos respaldar los objetivos de la Agenda 2030 del Gobierno, que sostiene que el turismo es uno de los objetivos del desarrollo sostenible, que busca “elaborar y poner en práctica políticas encaminadas a promover un turismo sostenible que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los productos locales”. Esta meta considera que el sector de turismo es particularmente dinámico y transversal.

El autor es Economista, licenciado en la UMSA, doctorado Ph.D. en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador de Argentina, Académico de Número de la ABCE y presidente del Directorio de la UREAL.

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