Seguridad vial, una responsabilidad de conductores y peatones

Transitar es inherente a la vida humana. El ser humano siempre ha necesitado de movilidad, sea personal o grupal, para satisfacer sus necesidades básicas. Hubo accidentes de tránsito desde los tiempos más remotos. Se sabe que en 1300, al celebrarse el Año Santo en la ciudad del Vaticano, la cantidad de peregrinos fue tan grande que hubo numerosos accidentes de tránsito, por lo que se decidió pintar calles, puentes y caminos con rayas blancas, para dividirlas en dos secciones, haciendo saber a los peregrinos las reglas para transitar fácilmente y con cierta seguridad.
La seguridad vial involucra a peatones y conductores del trasporte público y particular, debiendo asumir sus responsabilidades y conocer sus derechos en situaciones normales, para prevenir cualquier accidente que ponga en riesgo la vida humana.
En seguridad vial cada número, dato, indicador, es una vida humana, es un niño huérfano, una joven que ve truncado su futuro prometedor o una persona lisiada de por vida. Además, las consecuencias posteriores al accidente pueden implicar tragedias humanas, reflejadas en la imposibilidad de cubrir gastos médicos o de generar ingresos para la subsistencia de quienes dependen de una persona.
La seguridad vial implica tanto derechos como obligaciones en el ámbito de los Derechos Humanos, por lo que se debe asumir las medidas necesarias para proteger la integridad, la salud, el desarrollo de todo ser humano.
Los datos estadísticos muestran que las fallas humanas provocan más del 85% de los accidentes de tránsito. Ello hace imperioso que las entidades del Estado se centren en este aspecto, desde la formación de conductores y la obtención de licencias, con una cualificación posterior a la licencia y una acreditación más rigurosa de conductores de buses interdepartamentales, pasando por la implementación de medidas que reduzcan los riesgos de accidentes, como hacer uso de limitadores de velocidad. Todo ello bajo un control permanente, principalmente por parte de la Policía Boliviana y la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transporte, que asegure el cumplimiento de la normativa a través del sistema de denuncias y procesos administrativos sancionatorios efectivos.
Las altas cifras de accidentes de tránsito nos recuerdan a diario el peligro al que estamos expuestos cuando conducimos. Ya sea por imprudencia, por fallas mecánicas o por un simple azar del destino, todos podemos sufrir un accidente mientras conducimos rumbo al trabajo o a la universidad. También enfrentan este riesgo quienes eligen enviar a menores sin el resguardo de un adulto, o al permitir que adultos mayores transiten sin apoyo de sus familiares por vías de alto tráfico, o los peatones que eligen pasar por la calzada y no por las líneas de cebra o no hacer uso de pasarelas. Esas decisiones casi impensadas pueden ocasionar muertes en segundos.
Por otra parte, las probabilidades de ser parte de una colisión se reducirían considerablemente si el conductor adquiere medidas y costumbres de seguridad vial antes, durante y después de haber conducido su vehículo. Se puede contribuir a la seguridad vial usando cinturón de seguridad, respetando el semáforo, manteniendo la distancia de seguridad y, sobre todo, haciendo un constante mantenimiento del motorizado, tanto en la parte mecánica como eléctrica.