Los caballos y su papel en la historia de Bolivia

De participar en ceremonias, hasta en carreras, pasando por transporte y acciones bélicas, los caballos tuvieron un papel significativo en la historia de Bolivia desde su llegada durante la Conquista hasta la actualidad.
Ya en la época colonial representaron el medio de transporte más importante y formaron parte de la vida cotidiana, como por ejemplo “el paseo del estandarte real”, diligencia que consistía en la cabalgata de personas de distinción o procesión ecuestre, que partía de la plaza principal y terminaba allí mismo, después de recorrer todas las calles de la población. También fueron utilizados caballos en festividades locales.
En tiempos de la lucha por la Independencia, los equinos junto a los patriotas conquistaron la libertad, como parte de las ‘milicias provinciales de caballería’, como fue el caso de los “Patricios de Caballería” de Punata, grupo creado en 1810, al mando de Esteban Arze. Por otra parte, los caballos fueron usados en actividades de campo y para transporte de minerales. De esta manera, el caballo aportó a la Patria y fomentó el comercio.
En la época de la República, mediante el decreto del 21 de marzo de 1826 se organizó el Ejército, con dos escuadrones de Caballería, los cuales intervinieron en la batalla de Paria y la acción sorpresa de Caigüasi.
Un hecho significativo fue la introducción de coches y diligencias tirados por caballos, en 1846. Esto generó el establecimiento de nuevos caminos carreteros y con ello la creación de compañías de diligencias, reglamentadas mediante el decreto del 23 de junio de 1858.
Para 1848, la población caballar se dividía entre ‘silla y carga’ y estaba compuesta por “54,084” ejemplares, menciona José María Dalence en su obra ‘Bosquejo Estadístico de Bolivia’. También menciona: “entre tanto que en Guarayos, Chiquitos, Gutiérrez y Azero se crían caballos superiores por su robustez, tamaño y figura, y cuyo número puede multiplicarse como se quiera. Se tiene ya en Sucre experiencia del caballo ‘Camba’ que es tan gallardo, brioso y fuerte, como los mejores que se conocía de antes”, dato revelador acerca de los caballos en la historia de Bolivia.
De regreso al contexto social, los caballos también fueron parte de la vida cotidiana, por ejemplo con las carreras de la ‘sortija’ que se realizaban los sábados de noviembre en la ciudad de La Paz. Consistía en que jinetes al galope intentaban arrancar la sortija, “los diestros y hábiles corredores recibían como premio un fresco ramillete de flores que otorgaba la más bella y distinguida dama”, escribió Alfredo Sanjinés en el libro ‘Síntesis histórica de la ciudad de La Paz. 1548-1948’.
A esto se suma la creación del Hipódromo Nacional, situado en el Barrio de Miraflores de La Paz (actualmente el Gran Cuartel General), en 1922. En dicho lugar se desarrollaban cinco carreras por jornada, de 800 a 1.200 metros. Años después, en 1942, se creó el “Club Hípico” de Cochabamba y, en 1945, el “Jockey Club La Paz” y el Hipódromo “Calacoto” en la misma ciudad.