Cultura y tradición

La cultura, la tradición y las prácticas sociales son elementos que regulan y transforman la mente humana a través del diálogo que se entreteje de manera conjunta. Hacia esto confluyen las personas, los objetos y los símbolos que son los factores de influencia en la psicología del desarrollo. Por lo tanto, se comprende que el contenido cultural es determinante en los procesos del desarrollo humano.
En este cometido, las personas son responsables de la creación de estas realidades e interpretar, discutir y valorar aquello que les rodea, por ejemplo, los símbolos, objetos, conceptos, significados y otras prácticas sociales que se generan y se transmiten al mismo tiempo mediante las unidades culturales, como un país, la comunidad, el barrio, la iglesia, las unidades educativas, la familia.
En tal sentido y analizando el contenido de fondo de la filosofía de la ley educativa en vigencia, nos lleva a fortalecer y a consolidar la cultura liberal y panteísta. No olvidemos que el pluralismo cultural nos transporta ideológicamente a un relativismo, donde un determinado grupo social asume sus propias normas o valores culturales, de manera que induce a prácticas costumbristas, según sus creencias, que en otros términos se entendería como libertinaje social.
La cultura se compone de diferentes aspectos que representan la propia vivencia de cada ser humano, ya sea en lo individual o colectivo, es como su carácter externo. Son construcciones humanas que transforman la naturaleza, es decir, que el ser humano transforma la naturaleza desde que tiene uso de razón. Dicho de otra manera, la cultura es perfectible en cierto sentido y tiene de fondo una raíz y ésta constituye una fuente a partir de la cual deriva una serie de elementos teóricos, religiosos y axiológicos.
Esta raíz es la religión, como aquel conjunto de creencias que van a ser determinantes en un contexto social, pues a partir de la misma se forman parámetros convencionales que encauzan el comportamiento social e individual de las personas.
Desde hace tiempo nuestros pueblos han heredado una cultura híbrida, o sea con alta carga ideológica y esto es precisamente lo que produce infección social, como la cultura occidental traducida en la religión católica, que se ha insertado en nuestro medio y se ha impuesto de muchas maneras en las diferentes actividades tradicionales, lo que, sin duda, constituye una influencia en la sociedad boliviana, en muchos casos de manera negativa.