martes, septiembre 3, 2024
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Messi, as del fútbol

“Me gusta, sobre todo, porque Messi no se cree Messi”, decía Eduardo Galeano, cada vez que le preguntaban acerca del astro argentino, para el escritor uruguayo, el número diez era un jugador extraordinario que tenía la divina capacidad de tener la pelota adentro del pie y no afuera; un fenómeno físico muy difícil de creer, pero que además jugaba con la alegría de un pibe de barrio, como si aún fuera un niño.
Para el autor de “El fútbol a sol y sombra”, era el único jugador que le hacía soñar y amar este maravilloso deporte, siempre destacó su colosal habilidad de burlar a los rivales con una inaudita naturalidad, sin importar cuantos sean los que vayan a intentar marcarlo; esa enorme creatividad hizo de Messi un jugador temido e indescifrable, con una prodigiosa zurda que proviene de los mismísimos dioses que habitan el Olimpo.
Hernán Casciari, comparó al rosarino con su perro de la infancia, todo comenzó una mañana que por casualidad vio un compilado de videos en los que Lionel recibía faltas groseras, mientras trataba de no perder el equilibrio, seguía avanzando, sin quitar la vista del balón ni un solo segundo, parecía que estuviera en un estado de trance, hipnotizado, con un vehemente deseo de llegar al arco contrario, en ese momento recordó a su perro Totín.
El can con nada se conmovía, excepto por una esponja amarilla que usaban para lavar platos, era increíble cómo el animal se mantenía enfocado en aquel objeto, examinando el panorama con ojos japoneses, atentos e intelectuales; como lo hace el capitán cuando tiene el esférico en su poder, llegando a la conclusión de que Messi es el primer hombre perro que juega al fútbol, ama la pelota y hará hasta lo impensado con tal que no se la arrebaten.
Para muchos, es el mejor de todos los tiempos, un extraterrestre, un fenómeno; para algunos, es el reflejo de su odio, de su impotencia al ver perder a su equipo y nada poder hacer ante la sublime gambeta del argentino; para otros, los personajes con síndrome de alta exposición, es un jugador sobrevalorado, y así todo el mundo tiene una opinión diferente, neutral o parcializada, buena o mala, lo cierto es que no paran de hablar sobre él.
Para mí, Messi es la palabra perseverancia hecha persona, de carne y hueso, es lo que mi padre me inculcó, la premisa de jamás rendirse, es el fruto del esfuerzo, porque por más que tenga un talento innato, necesitó de una convicción inquebrantable para no claudicar en el camino, tuvo que enfrentarse a todo tipo de adversidades, desde lidiar con problemas de salud, siendo un inmigrante, hasta recibir las más duras críticas en su amada Argentina.
Es un as de la reinvención, saliendo airoso hasta de sus pérdidas, es la representación de todo aquel que lucha por sus sueños y se rebela ante el infortunio; por eso no me pidan que no le tenga devoción al diez argentino, porque simplemente se lo ha ganado. Me siento afortunado, pues pertenezco a una generación que vimos partido tras partido cómo acrecentó su leyenda, disfrutando de su ingenio y de su magia, un poema en movimiento.

El autor es comunicador, poeta, artista.

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