En el mundo; organismos internacionales enfocados al estudio técnico de los fenómenos educativos, recomiendan a los gobernantes: actualización de los contenidos curriculares cada cinco años. Principio universal que en nuestro país no se cumplió, desde la promulgación de la Ley 070, presuntamente por negligencia denotada de las autoridades del ministerio correspondiente. Ahora, después de trece años de vigencia de la norma y diez del currículo base (2013); pretenden con muchas observaciones y refutaciones de los trabajadores del magisterio, incorporar contenidos temáticos para cada nivel y curso del Subsistema de Educación Regular.
Considerando, que el currículo es la selección sistemática y coherente de objetivos, contenidos, metodologías, técnicas y medios materiales de enseñanza; responde indudablemente al avance acelerado de la ciencia y desarrollo de las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs). En ese marco, muchas escuelas dictaron aisladamente dentro de su currículo oculto, contenidos referidos a la economía, estadística, informática, robótica, inteligencia artificial, ajedrez, investigación, mapas conceptuales, etc. El currículo oculto, no está descrito en los planes y programas de estudio del Ministerio de Educación, sino está en la mente y pensamiento de los docentes, padres de familia; que, en reuniones de curso, priorizan contenidos significativos para el desenvolvimiento de la vida de los estudiantes en un futuro inmediato.
Nosotros, por este medio de comunicación de circulación nacional: EL DIARIO, en varias ocasiones hemos escrito observaciones y sugerencias para mejoramiento y actualización del currículo educativo, conocido también como Planes y Programas de Estudio. Porque, no podíamos quedar rezagados en los conocimientos científicos, que países vecinos están desarrollando a nivel continental de la mano de organismos internacionales, de los que Bolivia, irresponsablemente ha escapado, presumiendo crear un modelo educativo propio e incuestionable.
Como algo positivo del proceso de actualización curricular, observamos inusitado movimiento e interés de los docentes de aula y áreas técnicas, quienes buscan espontáneamente información y cualificación académica en espacios de socialización de los nuevos contenidos que deben enseñar a partir de esta gestión. Salvando las inclemencias del tiempo, los profesores masivamente asistieron a los cursos de capacitación en cada distrito educativo. En estos cursos, paralelamente, recibieron documentos de trabajo curricular como: Resolución Ministerial 001/2023, Lineamientos curriculares del Subsistema de Educación Regular, Planes y Programas de Estudio (Inicial, primario y secundario), ABC del currículo, entre otros.
Oponerse por oponerse, rechazar por rechazar la actualización curricular; no corresponde a los maestros de base que pretenden salir del rezago causado por la pandemia, mejorar tangiblemente la calidad educativa hasta alcanzar la excelencia académica. A los gobernantes, exhortamos: volver inmediatamente como Estado a los convenios firmados con los organismos internacionales, para avanzar en la mejora de la calidad educativa, midiendo y acreditando nuestros conocimientos con países vecinos que nos rodean. En consecuencia, a partir de ahora, será necesario actualizar cada cinco años el currículo escolar.
El autor es pedagogo y escritor.