miércoles, julio 31, 2024
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El verde olivo de las emociones

Días atrás me encontraba leyendo un artículo de psicología en el que se describía de forma muy precisa y sistematizada el camino de las emociones. Desde la descripción química y fisiológica de una sola emoción hasta el comportamiento resultante de éstas. Se mostraba cómo una sola emoción puede producir cambios físicos y psicológicos dentro de nuestro cuerpo y lo complejo que es poder manejarlas de forma equilibrada y controlada, sugiriendo, además, una ambivalencia entre mente emocional y mente racional.
La mente racional representada con el color azul y la mente emocional con el color rojo.
El concepto de emoción acompañado de las reacciones físicas y psicológicas, me hicieron reflexionar sobre lo que sucede cuando en determinados tipos de trabajos se debe experimentar más de una emoción a la vez o cuando éstas son diversas y complejas, exigiendo más de lo normalmente controlable por cualquier ser humano en condiciones de alto estrés o riesgo.
Un estudio realizado por CareerCast en 2014, identificó 10 de los trabajos más estresantes y que suponen mayores riesgos para la salud física y mental. Entre ellos están los trabajos de bombero y policía. Brindar primeros auxilios a una persona herida o ingresar a un ambiente en llamas, son ejemplos del actuar policial cotidiano y que muchas veces es poco comprendido. Esto me hace pensar en cómo un policía experimenta todo el proceso psicofisiológico de las emociones, más aún si tales circunstancias amenazan la vida misma del policía o si se trata de salvar otra.
Tratando de comprender este camino de las emociones en la experiencia policial, observo que existen algunas condiciones (aptitudes) que coadyuvan a que el policía pueda desempeñar su trabajo, como su vocación por esta carrera, además del entrenamiento y experiencia profesional.
Aun con todas las condiciones ya indicadas, considero que se necesita algo más para controlar estas emociones de forma correcta y sin que éstas debiliten la capacidad del policía para hacerles frente.
Pienso que el elemento que coadyuva al equilibrio de las emociones en el policía, es vestir un uniforme. Según Juan Antonio Pérez, catedrático de Psicología Social de la Universidad de Valencia, “quien viste un uniforme deja de ser individuo y se convierte en grupo”, además de inferir los valores y principios que caracterizan a este grupo o institución, en este caso la Policía Boliviana, a través de su uniforme verde olivo.
Este verde olivo tiñe las emociones del policía y dota de ese equilibrio único a todos estos procesos fisiológicos y comportamentales que se producen en aquellas circunstancias en las que las emociones quieren salirse de control y donde se debe dar una respuesta firme a lo demandado por la misión policial. Este “verde olivo” impulsa con valor a que un policía está dispuesto a correr hacia el peligro, cuando todos los demás, racionalmente y emocionalmente, huyen de él.
Esta forma de percibir la labor policial y las emociones me permiten comprender el verde olivo de las emociones desde una óptica de tolerancia y gratitud a todos aquellos que día a día visten el uniforme verde olivo con orgullo, respeto y disciplina, y en memoria de todos aquellos que contra el mal y por el bien de todos, cayeron en el cumplimiento del deber.

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