lunes, septiembre 2, 2024

¿Post verdad?

La mejor manera de encubrir un engaño es revestirlo de pequeñas verdades falseadas o, mejor dicho, de “verdades creadas a pedido”. De esta manera, se encubre una mentira mediante un bombardeo mediático de “verdades engañosas”. Dichas expresiones falseadas de la verdad se van transformando en certezas irrevocables debido al efecto mediático directo que se ejerce sobre la sociedad, es decir, mientras más se llegue a “viralizar” una mentira tratándola de verdad, mayor es el impacto en la conciencia colectiva.
La llamada “post verdad” emerge, de esta manera, como una expresión creíble de un conglomerado de mentiras, las cuales hábilmente fueron insertadas para cambiar o manipular el razonamiento lógico individual y colectivo. Es así, que se reorganiza o se cambia la verdad de los hechos para subordinar su historicidad a favor de una determinada ideología o postura política. La mentira se convierte en historia oficial y la verdad es perseguida o tachada de “discurso de odio”. Para completar la implementación de la mentira como verdad emergen leyes destinadas únicamente a la protección de la falsedad, rebautizando la imposición como “conquistas sociales” o “leyes de inclusión”.
La imposición de la “post verdad” no requiere de la racionalización o análisis de datos, solo se necesita manipular los sentimientos mediante la repetición constante de falsedades con tintes lastimeros. Nace así un sentimentalismo vacío de razón, pero fuerte en una cohesión social, la cual inclina la balanza a favor de la “nueva verdad” cargada de mentiras. El sentimentalismo quiebra la conexión existente entre las palabras y su significado, dando origen a la deconstrucción del lenguaje a favor de una mentira ideologizada llamada “progresismo”.

La mentira se convierte en verdad y las palabras pierden su significado real. Queda pendiente, entonces, la deconstrucción de la cultura occidental para terminar la imposición de la “post verdad”; por ende, el progresismo requiere imperiosamente derrumbar todos los pilares fundamentales de dicha cultura, como ser: el cristianismo católico, la estética, el arte, el lenguaje y la filosofía. En definitiva, la llamada “post verdad” busca como fin último la manipulación social y la imposición de la mentira, el motivo es simple, si la sociedad en su conjunto logra ser manipulada es mucho más fácil de controlar y direccionar.
Todavía existe una cura para la pandemia de la “post verdad”. Siguen siendo poderosas vacunas la buena lectura (redescubrir los clásicos resulta altamente eficiente para combatir las verdades falseadas y para revalorar el lenguaje), la curiosidad y la investigación (es decir, no aceptar todo lo que los medios de comunicación o las redes sociales pregonan; ser curiosos conlleva investigar y constatar datos), el uso del razonamiento lógico (la filosofía ayuda, de sobre manera, a agudizar el razonamiento y así evitar la implantación de la mentira como si se tratase de una verdad) y para finalizar, la Fe (el progresismo detesta al cristianismo católico, pues éste vendría a ser el último baluarte en la defensa de la sociedad occidental).
La post verdad se impone cuando ya no se predica la verdad, por el simple miedo de decirla.

El autor es Teólogo y Bloguero.

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