Mucho por cambiar y más para trabajar y producir

En los últimos años, que debieron ser de decisiones importantes, la población nacional ha tenido mucho para pensar y más para cambiar con miras a dejar atrás los traumas que dejaron los tiempos de dictadura. Recuperada la democracia, se requería saber qué hacer, cómo y cuándo cambiar; muy especialmente para encontrar los caminos que nos permitan salir de una situación de dejadez y comenzar a construir todo lo que se necesita para el bienestar general.
Llegado el nuevo año, parecía que surgirían los buenos propósitos, recordando el tiempo perdido vanamente. Por ello la pregunta que seguramente está en la mente de cada uno es ¿debemos cambiar positivamente o seguiremos en los mismos senderos de abandono? Queda en la mayoría de la población el deseo de que todo emprendimiento sea para lo positivo, que es hora de salir de caminos equivocados de dejadez e irresponsabilidad, considerando que hay un gobierno de más de catorce años que maneja el país de manera festinatoria. ¿Aceptaremos que la situación de Bolivia siga igual? Lo cierto es que es urgente cambiar, que los intereses de un partido que gobierna no son importantes para la mayoría de los bolivianos, ya que lo único que vale y cuenta ahora debe ser el país. Estos buenos propósitos deben hacerse realidad en la mente, conducta y trabajo de todos los bolivianos; sobre todo, tiene que haber exigencias al régimen actual de gobierno para que actúe honrada y responsablemente, a favor de toda la población, no solamente apoyando a sus adherentes.
¿El señor Arce Catacora podrá cambiar las conductas irresponsables del jefe de su partido y sus partidarios en aras de servir y no servirse del país? El pueblo espera que se obre correctamente y, si no fuese así, que sean cobradas cuentas conforme a lo que disponen la Constitución y las leyes. De ninguna manera es aceptable que las normas legales sean aplicadas con rigor para unos y con exagerada flexibilidad para otros.