miércoles, julio 24, 2024
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‘PUMA’ SORUCO ES ORGULLO NACIONAL

Aquella tarde del domingo 19 de septiembre de 1993 quedó grabada con tinta de oro en el corazón de los bolivianos. El seleccionado nacional igualó en el estadio de Guayaquil contra Ecuador y ese resultado marcó la hazaña más grande del fútbol boliviano hasta nuestros días.
Las calles de La Paz se vieron inundadas de personas felices. Banderas tricolores en alto, abrazos entre propios y extraños, lágrimas y satisfacción marcaron el común denominador en el comportamiento de los transeúntes festivos. No fue diferente en los demás departamentos e incluso en América Latina. Nuestra Selección estaba en boca de todos.
Paralelamente, en Ecuador, un camarín teñido de verde. Abrazos entre los héroes nacionales. Habíamos clasificado a la Copa del Mundo USA ´94.
Lágrimas de emoción resaltaban en el rostro joven de “Pumita”, como lo llaman los aficionados. Cuenta él que su corazón le latía a cien por hora y que toda su vida se le venía a la mente cual si pasara por el túnel de la gloria.
Seguramente sus compañeros sentían lo mismo, pero esa emoción que solo regala el fútbol, a los buenos deportistas, no puede ser más que el tallo de una floreciente carrera, que hoy tiene a bien en relatarnos, uno de los históricos de aquella selección.
El gran Modesto Soruco Saucedo abre su corazón a RETRO FÚTBOL de EL DIARIO, para hacer una retrospectiva de su vida, de la misma forma que sintió el día de septiembre, cuando atravesó por aquel túnel de la gloria.
“Nací en Santa Elena de la Frontera, pero desde muy pequeñito me crie en San Ignacio de Velazco. Tuve una niñez feliz, entonces el fútbol lo escuchaba por radio, pues no había televisión en el campo, donde crecí. Soñaba con ser parte de un equipo consagrado como era Oriente Petrolero o Blooming, pero estaba consciente que para lograrlo debía ir a Santa Cruz. Ese sueño no era imposible, pero estaba distante. Comencé a probar mi habilidad con la pelota en equipos como Alianza, o Real San Ignacio, Criollo, Cruceiro…en fin, eran cuadros locales; pero sabía también que si permanecía allí, sería invisible. Entonces decidí trasladarme a Santa Cruz, años después, para cumplir mi sueño. Créanme, fue difícil, pero cumplí esa meta, con mucho sacrificio”, inicia su relato.
Modesto es tranquilo, amable, de poco hablar, pero siempre tiene la palabra justa para describir sus pensamientos. La humildad es uno de sus rasgos espirituales que lo hace una persona sensible y empática. Así lo recuerdan sus compañeros del Seleccionado Histórico y todos quienes tenemos la suerte de estar entre la lista de sus amigos.
Blooming fue su primer equipo profesional y él recuerda que jugaba con el número 11 en la camiseta. “pero creo que el puesto en que me desenvolví mejor fue el del 6, vale decir de defensa. Ahí me quedé y fue donde mejor pude demostrar mi rendimiento”, afirma.
El año 1986 marcó su debut en el profesionalismo nacional vistiendo la casaca de Blooming, la “Academia cruceña”, donde militó hasta 1996; luego pasó a San José de Oruro (1997-1998) por dos temporadas; estuvo en Independiente de Sucre (1999-2000); Aurora de Cochabamba (2001-2002) (antes de que suba a la Liga Profesional) y terminó jugando en Real Santa Cruz (2003).
“Gran parte de mi carrera futbolística le dediqué a Blooming. Fue una década muy linda y de aprendizaje que jamás olvidaré”, apunta.
Cuando era parte del equipo celeste de Santa Cruz, Modesto fue convocado a la selección boliviana y según afirma, era algo que él esperaba.
En el equipo de sus amores, el Blooming, fue donde nació la “chapa” de “Puma”, porque por descripción de él mismo, siempre fue temperamental en la cancha, luchador a morir y jamás perdía fácilmente un balón. Atacaba con ímpetu felino a cualquier delantero que pretendía ingresar al área defendida.
“Quisiera que me recuerden como un hombre luchador. Lo fui en la cancha y soy en la vida. El fútbol te enseña a vivir de manera correcta y creo que yo siempre estuve por ese camino”, asegura, quien a pesar de haber inscrito su apellido en lo más alto del fútbol mundial, aún cree que pudo dar más y sigue perfilando su vida en la búsqueda incesante de victorias; ahora con su escuela de fútbol.
“Trabajaba el doble, me concentraba, me marcaba metas, era muy disciplinado y así fui convocado. Era algo que lo esperaba. Recuerdo que con el cuadro que clasificamos al Mundial de USA ’94 tuvimos muchos viajes y partidos amistosos. Pero lo que me ayudó a consolidar mi personalidad deportiva fue la concentración que tuvimos en el Centro de Alto Rendimiento de Barcelona. Fue un antes y un después de mi vida para conseguir las metas que siempre me plantee”, asegura.
En 1993, el vasco Xabier Azkargorta, técnico del grupo glorioso que clasificó al Mundial, revolucionó nuestro fútbol y especialmente la vida de los hombres que estaban a su cargo porque apuntó a la parte humana, a la recuperación de una autoestima -que la sociedad boliviana tiene muy venida a menos, y nuestros jugadores también-.
En lo físico decidió pasar un mes en el Centro de Alto Rendimiento Deportivo de San Cugat en Barcelona (España). Allí más de un jugador no pudo resistir y volvió a la patria. Finalmente, tras la larga espera y el paso digno en la Copa América, Bolivia comenzó a jugarse la vida. (sic. “Historia del Fútbol Boliviano”- cap.4)
“El fútbol me dio estabilidad, sin duda. También amigos y más que todo me ayudó económicamente, para que pueda vivir tranquilo. No soy millonario, pero me dio estabilidad para poder vivir bien con mi familia”, afirma Soruco, a la hora de hacer una evaluación personal respecto a lo que materialmente le dejó el fútbol.
En la esfera espiritual, Modesto agradece a Dios por lo que le permitió vivir, por la habilidad que le dio en los pies y el cerebro para ser un gran jugador.
“Sin mi familia tampoco hubiese podido hacer nada. El apoyo de mi esposa y mis hijos es un pilar fundamental, es lo que me permite seguir firme hasta ahora” (suspira).
Se considera un hombre afortunado por tener a Gumer como esposa y compañera de vida; ella le dio tres hermosos hijos, una dama y dos varones.
“Somos muy unidos. Mi familia es lo más sagrado que atesoro. Ellos han estado conmigo en todas las alegrías y también en momentos difíciles. Me siento afortunado de tenerlos”, remarca.
Actualmente, Soruco cuenta con una exitosa escuela de fútbol en Santa Cruz, “Formando Talentos” es el lugar desde el cual promueve y transmite los valores que aprendió a más de un centenar de jóvenes y niños para el bien del deporte del oriente y sobre todo, de Bolivia.
“Creo que la diferencia que existe entre el fútbol boliviano de ayer y el de hoy es que antes trabajábamos la parte física de verdad. Ahora, pienso, que ese esfuerzo ya no es muy valorado, porque la labor se redujo a microciclos y esa diferencia se nota cuando se juega contra equipos extranjeros. La parte física es fundamental y lamentablemente nos hace falta mucho más trabajo para llegar a alcanzar el nivel de las grandes potencias en fútbol”, dice.
“El Puma” anhela que en la actualidad, se les dé más oportunidad a los jóvenes. “El decir que un sub-20 es juvenil, me parece que es erróneo. En mi concepto, juvenil es un sub-17; por lo tanto, lo ideal sería que en la normativa de los campeonatos profesionales, se obligue a que haya dos jugadores juveniles: un sub-20 y un sub-17 (en cancha). Solo así se podrá foguear valores, que de verdad existen, pero que no tienen oportunidad de mostrarse”, asevera.
De la clasificación de Bolivia a una Copa del Mundo ya pasaron 28 años y para que vuelva a surgir un grupo similar o mejor al que dirigió Xabier Azkargorta deberá existir planificación, trabajo, recuperación de autoestima, verdadero profesionalismo; pero por sobre todo, actitud ganadora.
“Yo quisiera que en nuestro país haya unidad. Cuando nosotros clasificamos al Mundial conseguimos algo que ahora, penosamente, es impensable; la unión entre bolivianos. Nada bueno se logra en medio del antagonismo entre hermanos”, sentencia Modesto “El Puma” boliviano.
Colocándose en la cabeza la gorra que lo protege del sol bondadoso del mediodía cruceño y con trotecito lento y atlético, retorna a su entrenamiento junto a los niños de su escuela de fútbol, no sin antes enviar un abrazo sincero a toda Bolivia, cuyo nombre supo poner en alto, cuando le toco hacerlo.
Modesto Soruco es uno de los héroes del deporte nacional y todos le agradecemos por tantas alegrías y emociones.

FICHA
Nombre: Modesto Soruco Saucedo
Lugar de nacimiento: Santa Elena de la Frontera – Beni
Fecha de Nacimiento: 12 de febrero de 1966
Lugar de radicatoria actual: Santa Cruz
Ocupación actual: Entrenador de fútbol
Familia: Gumer Molina Rueda (esposa), Mildre, Daniel y Leandro (hijos)

«Nada bueno se logra en medio del antagonismo entre hermanos”

GHILKA SANABRIA

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