Por: Susana Gutiérrez
Atrevida, sofisticada, sugerente, así es la colección de Dolce & Gabbana denominada “Sensuale”, que brilló sobre la pasarela en la semana de la moda en Milán.
Los tonos elegidos por el dúo de diseñadores italianos fueron el negro, el blanco, el dorado y el rojo, convertidos en sensuales siluetas de tul, seda y raso, con transparencia, encajes, que contrastaron con abrigos con detalles de plumas, extravagantes abrigos de piel, trajes estilo sastre y vestidos drapeados.
La intención de esta colección es empoderar a la mujer, mostrarla fuerte, muy segura pero, a la vez, muy femenina a la vez.
“De alguna manera, nos encanta comenzar desde el principio”, dijo Stefano Gabbana en un adelanto en su atelier, explicando que querían que cada look tuviera la pureza de un boceto. La ostentación y el exceso se han convertido en códigos de la casa a la altura de su sastrería a lo largo de las décadas, pero Domenico Dolce se formó como sastre. Esa es la base. “Estoy obsesionado con el corte”, confirmó.
La ropa interior es un look que ha sido adoptado por una nueva generación de diseñadores y sus jóvenes seguidores, pero Dolce y Gabbana se adelantaron a esta particular curva por unos buenos 30 años, un hecho probado por el corsé expuesto de 1991 que combinaron con un traje, cuya chaqueta recortada y pantalones pitillo evocaban el atuendo de un torero. Hubo mucho más de este tipo de cosas en la pasarela: camisones de encaje, combinaciones de tul bordado y sujetadores con copas de metal fundido mezclados con otros corsés con corchetes, detalles de cordones y ballenas doradas.