viernes, julio 5, 2024
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Es importante cuidar el buen nombre

En determinadas ocasiones y con motivos festivos especialmente, por entusiasmos momentáneos algunos dan curso a expresiones contrarias al propio buen nombre. Quienes acostumbran libar licores hasta por cuestiones baladíes, antes de participar en jolgorios deben cuidar los límites a los que se puede llegar y evitar conductas extremas. Es evidente que son casos excepcionales, pero así tengan razones extraordinarias, es necesario que parientes y amigos no se comporten de manera contraria a la moral y amistad.
De todos modos, quienes hayan ingerido bebidas alcohólicas deben tener conocimiento de sus comportamientos, con miras a que haya una especie de grabación mental para que “el subconsciente, en el momento preciso, despierte en sí una forma de conciencia que frene conductas indebidas y no deseadas”. Esto es lo que recomiendan algunos estudios de investigadores y especialistas en psicología.
Lo importante es que normas de conducta inadecuadas, palabras soeces y expresiones contrarias a la moral (que pueden ser oídas y repetidas por niños) tendrían que ser evitadas para no dar malos ejemplos a los menores que, obviamente, están en etapa de aprendizaje.
Por todo ello las personas adultas, dueñas de principios y valores positivos, deberían continuar con las buenas costumbres adquiridas durante sus vidas y no dar paso, particularmente en momentos de euforia por el consumo de bebidas alcohólicas, a expresiones que no corresponden a las condiciones de moralidad que deberían primar en el diario vivir. De otro modo, los infractores crean condiciones ajenas a sí mismas, que pueden deteriorar la convivencia social y hasta familiar. Es decir, de esa manera imprevista y por falta de control sobre el temperamento, se puede relegar lo bien hecho y mejor pensado por quienes querrían que sus modales, educación y buen sentido de la vida sean manifestados correctamente.
En todo caso, es recomendable que los pueblos, debidamente informados y abocados al buen vivir, ubiquen sus actos y lenguaje diario dentro de marcos de consideración y decencia. Cada hombre y mujer debe tener para sí mismo y sus familiares respeto, pues solo así se podrá demandar trato similar de manera colectiva y, además, orientando el comportamiento de las futuras generaciones para conservar el buen nombre de cada familia.

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