viernes, septiembre 27, 2024
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Fortalecer la comunicación interna con colaboradores más fidelizados

Las instituciones públicas y empresas funcionan como una familia donde el trabajo de equipo es determinante para lograr los objetivos y metas planificados para cada gestión. De acuerdo con el esquema teórico de Margarida Khroling, reconocida cientista social del Brasil, asesora estratégica de compañías, la comunicación organizacional integrada abarca las siguientes áreas: la interna, la administrativa, la mercadológica y la institucional. En esta oportunidad quisiera enfocarme en la comunicación interna, que considero fundamental para que el clima laboral sea apto para que los trabajadores sean más productivos.
Según Khroling, la comunicación interna es una “herramienta estratégica para la compatibilización de intereses de los empleados de la empresa u organización, a través del estímulo del diálogo, el intercambio de informaciones y de experiencias, y la participación de todos los niveles”.
Si no se implementa y gestiona bien la comunicación en las organizaciones, no se contará con embajadores laborales orgullosos y con la camiseta bien puesta, sino con fichas de dominó que sufrirán el “efecto dominó”, que es cuando un pequeño cambio origina un cambio similar a su lado, que a su vez causa otro similar, y así sucesivamente en una secuencia lineal.
Esta inquietud de abordar este problema organizacional nace de diversos testimonios que he recopilado de profesionales de la comunicación, servidores públicos y ejecutivos acerca de que no se sienten identificados o fidelizados con la misión y la visión corporativa.
Pude constatar también en capacitaciones junto a colegas coaches y psicólogos que, durante las dinámicas vivenciales, a los funcionarios lo que más faltaba era la conexión humana y la empatía entre compañeros de trabajo.
Recuerdo una vez que una mujer de mediana edad llamada María, en un curso sobre manejo de estrés laboral, estaba haciendo un test de autoevaluación y sacó 27, lo que era un puntaje alto en el rango normal de 25 hacia abajo de un nivel de estrés moderado. Me acerqué a ella y le consulté el motivo de ello. Tenía sus ojos muy rojos, había estado trasnochada. Me dijo: “No duermo en las noches y estoy con psiquiatra”. Le dije: ¿qué le pasó? Ella me contestó que tenía cáncer de mama. Le motivé para que pasara al frente del auditorio y contara ese triste pasaje de su vida a sus compañeros. Todos la escucharon atentamente y estoy segura que a partir de ese momento entendieron el motivo de su semblante desmotivado con el que iba a la oficina todos los días.
Este tipo de conexiones y momentos de empatía e historias del lado humano de las personas es lo que recomiendo que exista regularmente en las instituciones, porque genera acercamiento, comprensión, ambientes más colaborativos y, como consecuencia, un buen trabajo de equipo. ¿Por qué? Porque se colabora para fortalecer en el punto débil del otro, en su salud mental.
Como María, muchas personas guardan en su interior sus problemas. Lo ideal es que los encargados de comunicación interna en coordinación con los de recursos humanos puedan ayudar a gestionar las emociones del personal. O seguir el modelo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de los “Peer Helpers” o los llamados “colegas que ayudan a colegas”, donde el trabajador acude en busca de un consejo donde su compañero que es elegido por sus sabias habilidades en comunicación asertiva.
Entre las buenas prácticas para gestionar la excelencia en la comunicación interna están la implementación de actividades de motivación, workshops o talleres fuera de la oficina y en lugares en contacto con la naturaleza, ya que baja los niveles de estrés.
Si bien los programas de gestión en la comunicación interna están a cargo de un comunicador social, en coordinación con el responsable de recursos humanos, también debe involucrar y comprometer a la alta gerencia y los tomadores de decisión estratégica en las organizaciones. Los líderes son el ejemplo de una actitud noble y humana que debe trascender hacia adentro de la empresa.
La armonía debe fluir en las instituciones, con cohesión, espíritu colaborativo y entusiasta para trabajadores más fidelizados con mejor calidad de vida laboral.

La autora es comunicadora social, directora académica y docente del programa “Experto en comunicación interna” de la UPB.

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