¿Cuánto dinero fue gastado sin perspectiva alguna?

Cuanto más tiempo pasa, mayores son las expectativas de la comunidad nacional por saber a cuánto llegarán las fortunas gastadas en casi 14 años de desgobierno por el régimen del masismo, encabezado por Evo Morales. Que recuerde la comunidad nacional, fueron hechos muchos anuncios sobre importantes inversiones: así, por ejemplo, se tiene el caso de la entidad que se haría cargo de la administración de los aportes de los trabajadores, denominada Gestora, impulsada y fundada por el señor Luis Arce Catacora, siendo Ministro de Economía. Se dijo que la Gestora, en la que se invirtió tanto para que funcione, sería “capaz de conseguir éxitos financieros de enorme cuantía” y se hacía anuncios de ostentación con las posibles inversiones de millones de dólares, que luego dieron lugar simplemente a la circulación de rumores y nada más.
A pesar del paso de los años, ya presidente el señor Arce, no se respondió a todas las preguntas sobre la Gestora y siguen las evasivas. Actualmente, cuando se acerca la fecha señalada para el inicio de operaciones de la mencionada entidad, como no han sido disipadas todas las dudas que provoca el traspaso de los recursos de los jubilados y gente por jubilarse, hoy administrados por las Fondos de Pensiones (AFPs), se avecinan conflictos sociales que pudieron ser evitados si oportunamente se daba la información solicitada.
Así se podría señalar otros numerosos anuncios sobre inversiones de mucho dinero, sin que se sepa cuánto, cómo, en qué y para qué; es decir, solo hubo populismo y negociados a granel, lo que dio paso a la corrupción. Hoy valdría mucho que el presidente Arce explique sobre la cantidad de dinero “invertido” por órdenes, decisiones y responsabilidad de Evo Morales y las camarillas que lo acompañaron en casi l4 años de mal gobierno.
De todos modos, en ese tiempo el caudillo estuvo acompañado de muchos colaboradores, amigos, ayudantes, socios o personal de apoyo. En el Ministerio de Economía y el Banco Central deben estar planillas, órdenes, recibos y papeles de toda clase que muestren alguna revelación sobre dichos manejos e igualmente, los funcionarios actuantes conocen la verdad de las operaciones realizadas y no deben ocultar lo que debería ser claro y límpido.
Igualmente, tanto el señor Arce Catacora como sus colaboradores tienen que estar al tanto de lo ocurrido; no puede ser que ellos hayan intervenido “a tontas y ciegas y menos bajo amenazas de callar todo”. Estas son verdades que por ningún precio o razón pueden seguir ocultas y, si lo están, ¿será porque hay mucho por ocultar?