“La Justicia está en su peor momento”, según diputados

Hace pocos días, algunos parlamentarios han reiterado que la justicia en nuestro país está en su peor momento, que no funciona, que no cumple ni con el país ni con la comunidad, que jueces y personal no cumplen sus deberes, etc., etc.
Cuánta razón tienen parlamentarios y profesionales de diversas disciplinas que se han referido a tan grave problema a través de los años; pero correspondería preguntar a todos ellos, especialmente a los que han ejercido, por muchas gestiones, labores de parlamentarios: ¿Y qué hicieron mientras duró su mandato? ¿Cuántas veces, juntamente su equipo, partidos y aliados han hecho gestiones al respecto y han reclamado porque el Legislativo no se ocupa, como debería, de asunto tan importante? ¿Por qué razón específica no han logrado encaminar una aceptable “reorganización, reestructuración, cambios y forma de elección de fiscales, jueces y personal de apoyo de los diversos juzgados del país? ¿Intentaron cambiar la forma arbitraria de nombrar a todo el personal del Poder Judicial, recurriendo a las instancias debidas? Por todo ello la comunidad se pregunta si llegará el día en el que se tendrá la respuesta esperada. Aunque actualmente se sospecha que eso no pasará y parece increíble que en un país organizado se obre arbitrariamente en cuanto al manejo y cumplimiento de disposiciones legales.
En consecuencia, correspondería que senadores y diputados trabajen en la reformulación de Códigos y disposiciones que permitan un cumplimiento cabal de todo el régimen legal del país. Decir que la Justicia está en su peor momento, no es otra cosa que reconocer la incapacidad de parlamentarios y personal superior del Poder Judicial para que no se cumplan las disposiciones de la Constitución y las leyes o, si se las acata se lo hace conforme a conveniencias e intereses creados. Es urgente, pues, que los parlamentarios se propongan cumplir con las leyes sustantivas que rigen la vida de la Nación; de otro modo habrá que pensar en cambios de personal superior de los Poderes del estado y ello será posible solo cuando se aplique un sistema de elección adecuado para saber cuándo y con quiénes se hará esos cambios para llegar a la meta fijada. Se trata de que asuman cargos en los poderes del Estado solamente personas idóneas, capaces, honestas y responsables, para que interpreten y cumplan con todas las leyes de la República.