Los municipios del norte de La Paz, Pando y Beni, sufren los efectos del uso constante del mercurio por parte de la minería “ilegal” en la explotación del oro, actividad que afecta a los pobladores y a la naturaleza.
Además, el informe del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (Cejis) identifica cinco formas de vulneración a la Ley del Medio Ambiente: daña la calidad del agua de los ríos donde trabajan las dragas o donde se bota el mercurio manipulado, ya que no es reutilizado; afecta a los suelos de las riberas de los ríos, por los derrumbes que provocan las maquinarias; deteriora la fauna y la flora de los ríos; impacta negativamente a la salud de las comunidades indígenas y perjudica la vida y tradiciones de las poblaciones.