sábado, julio 27, 2024
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El exorcista del Papa”: El diseño para el Diablo

Durante la etapa de preproducción, el director Julius Avery y el director de fotografía Khalid Mohtaseb conversaron acerca del lenguaje visual de la cinta, de su tono, la paleta de colores y el estilo. Mohtaseb y el diseñador de producción Alan Gilmore buscaron y extrajeron numerosas referencias fotográficas e implementaron pizarrones para los distintos tipos de humor a fin de confeccionar un mundo apagado, en donde los colores son serenos o están relativamente anulados.

La diseñadora de vestuario Lorna Mugan contribuyó a la consecución de dicha estética. Durante el proceso de investigación para esta cinta, Mugan exploró los archivos de la Iglesia Católica con el fin de comprender el significado y la jerarquía detrás de los atuendos y sus colores: de sacerdotes a obispos, de cardenales a papas. Asimismo, investigó los elementos españoles de la Iglesia. “El color desempeña un enorme papel en la Iglesia Católica”, explica. “Desde el humilde negro de los sacerdotes, que representa pobreza y sencillez, hasta el inocente color blanco de las túnicas del Papa. En medio tenemos a los cardenales, que usan rojos sangrientos para representar la sangre que ofrendan a Cristo. El púrpura proviene de una vieja noción de realeza”.

El equipo de Mugan pidió a un sastre del Vaticano que confeccionara ropajes para el personaje de Russell Crowe, es decir, para el sacerdote Gabriele Amorth. Tanto en la cinta como en la vida real, Amorth es un dechado de modestia. Lleva una sotana adornada con la cruz de San Benedicto, y una estola púrpura- elemento litúrgico que se enrolla alrededor del cuello de los curas, como una bufanda. A esto se le añade un abrigo con un ceñidor adornado con imágenes de la medalla de San Benedicto, utilizada para ahuyentar a los malos espíritus. Un adorno ecléctico: cuando Crowe supo que Amorth había crecido en Modena – el hogar de los Ferrari- añadió calcetines rojos, con la misma tonalidad que un Ferrari, a su disfraz.

Mugan señala que, a diferencia del tradicionalista Amorth, “Esquibel forma parte de una Iglesia moderna, por ello usa trajes de dos piezas. Usa una cruz y es sumamente idealista, por ello no se adorna de ninguna otra manera. Todos es muy sencillo, muy blanco-y-negro”.

Por contraste, Mugan vistió a Julia, Henry y Amy con ropa moderna y sencilla: Julia usa pantalones de mezclilla y una chaqueta; Amy porta una chaqueta de mezclilla hecha a la medida, y sobre ella ha dibujado algunos motivos; Henry utiliza mezclilla estilo patinador, zapatos deportivos y chaqueta, que después cambia por una playera con la imagen de un sol iluminando una playa y pantalones de pijama- que se deterioran conforme el demonio que le posee incrementa su poder.

Los personajes fueron realzados no sólo con sus vestimentas, sino asimismo con algunas prótesis. Desde que decidió enfrascarse en este proyecto, Julius Avery, el director, se propuso no depender demasiado de la tecnología CGI, esto es, las imágenes generadas por computadora. En vez de ello, quiso ser práctico y conseguir los efectos especiales a través de la cámara. “Los fanáticos del horror y el público en general pueden oler la falsedad. A leguas notan aquello que no es real”, dice Kaczmarek. “Lo más importante consistía en aterrizar los efectos en la realidad”.

Los efectos prácticos y las prótesis hicieron que DeSouza-Feighoney pasara tres horas en la silla del maquillista. Así, el joven actor adquirió una nariz ganchuda, una frente sin cejas y una quijada pegada al cuello. “También me colocaron una mueca falsa, sumamente maliciosa, eso me hacía lucir como si estuviese sonriendo todo el tiempo”, rememora. “Me encantó el proceso requerido para las prótesis, porque el resultado final fue genial”.

“Su parte favorita fue la interpretación del demonio”, dice Essoe. “Actuó muy bien como niño, pero lo que le emocionaba era colocarse la prótesis y hablar como el demonio”.

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