Miriam Machaca Quispe
El aula de hoy requiere un nuevo rol y perfil del maestro y maestra, recordemos que anteriormente, las prácticas socioemocionales eran recomendables para ser un buen docente. Hoy son necesarias en el proceso pedagógico las prácticas socioemocionales, que se han convertido en imprescindibles en todo contexto educativo, comunidad y sociedad donde imperen las buenas relaciones personales.
Los cambios producidos en Educación, direccionados por la Ley Educativa 070 Avelino Siñani – Elizardo Pérez, con el Modelo Educativo Socio-comunitario Productivo, se relacionan estrechamente con la Educación Socio- Emocional. Sin embargo, se ha dado más énfasis al aspecto netamente productivo. Al parecer el desarrollo socioemocional, ha pasado desatendido hasta el momento, por no haberse establecido mecanismos en el Sistema Educativo para estimular, potenciar y desarrollar capacidades, habilidades y destrezas que se orienten hacia el principal cometido: la transformación educativa. En los últimos años se ha tomado conciencia de que las emociones influyen en los procesos de aprendizaje en el aula, y que la educación de las mismas es esencial para el objetivo más importante de la Educación: el desarrollo integral de la persona.
En esta nota se presenta la propuesta de estrategias para el desarrollo de las relaciones interpersonales, como la empatía; que es la capacidad de percatarse, comprender y apreciar los sentimientos de los demás, ser sensible ante lo que otras personas sienten, cómo lo sienten y por qué lo sienten. Es decir; ser capaz de entender emocionalmente a otras personas, ya que la característica fundamental de una persona empática es cuidar a las demás, mostrar interés y preocupación por ellas. La dinámica “Me pongo en tu lugar”, extractado del libro “Estrategias para desarrollar la Educación Socioemocional”, de quien escribe el presente artículo, tiene el propósito de que el participante pueda entender lo que otras personas sienten, poniéndose en el lugar de otros y entender puntos de vista. Se necesitará tarjetas, y escribir en las mismas diferentes personajes, que pueden ser familiares, como: mamá, papá, hermano, o pueden ser personajes de la comunidad educativa: maestro, director, algunos compañeros de clase. En otras tarjetas escribimos diferentes situaciones en las que una persona se puede encontrar, por ejemplo: en una fila para el banco o para realizar algún trámite en alguna entidad, en el centro médico, en el bus, o en otras situaciones.
Explicamos a los participantes que la intención de la dinámica consiste en ponernos en el lugar de otras personas, seguidamente repartimos una tarjeta de personajes a cada participante, cuidando que la tarjeta esté boca abajo. Se explica que se deberá “ser” el personaje sorteado; hablar, vestir, actuar, caminar como él o ella. Formamos parejas para la escenificación de una situación “siendo el personaje” y cada pareja elige una tarjeta de situaciones y deberán ponerse en el lugar de la persona, “ser” la persona; ¿qué diría?, ¿cómo se comportaría? Y otros aspectos que realizaría la persona.
Culminando la presentación, pedimos a los participantes compartir su impresión acerca de ¿Cómo se sintieron siendo otra persona? Y finalizando recordamos y anotamos en nuestros cuadernos algo real que nos sucedió, cuando no entendimos por lo que pasaba la otra persona y qué haríamos ahora si la situación se volviera a presentar. Concluimos con la importancia de la empatía, entender y comprender lo que la otra persona siente, y cómo reaccionar asertivamente ante la situación que pueda presentarse.
La autora es maestra.